El home office como motor de inclusión laboral para personas con discapacidad visual
Urge que las empresas promuevan programas eficaces para la inclusión de pcd en el mercado laboral ante la oportunidad histórica que se vive.
25 de febrero de 2021
Redacción Yo También
Urge que las empresas promuevan programas eficaces para la inclusión de pcd en el mercado laboral ante la oportunidad histórica que se vive.
Por Bari Hayoun*
La pandemia ocasionada por COVID-19 trajo consigo la redefinición del contexto laboral, implementando de manera casi obligatoria el trabajo desde casa. De acuerdo con datos de una encuesta realizada por la consultora PcW en 2020, el 46% de los participantes mencionó que no había trabajado de manera remota con anterioridad. Sin embargo, bajo el nuevo contexto laboral, tanto empresas como colaboradores se han enfrentado en los últimos meses a los retos de adaptarse a trabajar vía home office a través de la implementación de nuevos esquemas y horarios flexibles, aunque se estima que en México sólo 22% de los trabajos pueden realizarse a distancia, ya que existe un alto porcentaje de la población que trabaja en la informalidad, o bien que no tiene un empleo. Tal es el caso de las poblaciones en situación de vulnerabilidad, como son las personas con discapacidad, un sector que a nivel mundial enfrenta los niveles más altos de desempleo e inactividad económica.
De acuerdo con datos del Censo de Población y Vivienda 2020 del Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía (INEGI), en México habitan 7 millones de personas con alguna discapacidad, de las cuales casi 4 millones tienen discapacidad visual, siendo la debilidad visual o ceguera una de las principales discapacidades en el país, aunque alrededor del 42.4% de este sector asiste a la escuela en un rango de edad de los 3 a los 29 años. Si bien no existe una cifra exacta de cuántas personas con discapacidad cuentan con empleo, datos oficiales señalan que menos del 25% de esta población tiene un contrato laboral formal y cuenta con prestaciones médicas, sin mencionar que la brecha salarial puede llegar a ser de hasta 151% en comparación con las personas sin discapacidad, a pesar de tener el mismo nivel educativo, género y edad.
Ante este escenario, la necesidad de trabajar desde casa por protección, salud y reducción de movilidad generó el impulso de una nueva ley de teletrabajo en el país, en la cual, además de que el empleador se compromete a brindar herramientas tecnológicas y facilidades para el teletrabajador, también se le pide impulsar oportunidades de teletrabajo para jóvenes, mujeres, personas con discapacidad y adultos mayores. Esto abre una gran ventana de oportunidades para que cada vez más personas con discapacidad tengan la oportunidad de sumarse al mundo laboral.
Anteriormente existían ciertos mitos sobre el home office, pero ha quedado claro que, con el apoyo de la tecnología, se pueden realizar las tareas de oficina de manera eficaz, incluso con mayor rendimiento y beneficios para el colaborador. Por ello, la oportunidad que brinda el home office a las personas con discapacidad es infinita, debido a que no tienen que desplazarse fuera de sus hogares y, por tanto, no necesitan de la figura de un asistente para poder llevar a cabo su traslado o actividades, incluso se reduce la posibilidad de sufrir algún accidente, así como la disminución en gastos de movilidad.
La tecnología ha impulsado una mejor calidad de vida para las personas con discapacidad visual o ceguera, ya que a través de la tecnología asistencial se abre una nueva oportunidad de independencia para esta población, debido a que en el mercado existen dispositivos que se activan por medio de la voz y transmiten información visual de forma audible en tiempo real, sin la necesidad de estar conectado a internet y sin el apoyo de un tercero. Estas tecnologías posibilitan la lectura de textos, ya sean en formatos digitales a través de una computadora, un celular o en formato físico, además de que son dispositivos pequeños y cómodos que también permiten el reconocimiento de rostros, colores, denominación de billetes, objetos y productos.
Si un dispositivo tecnológico tan pequeño brinda la oportunidad de transformar la vida de una persona, ofreciéndole independencia y seguridad, una oportunidad laboral le permitiría una mejor calidad de vida y mayores oportunidades de desarrollo en el futuro y para las siguientes generaciones. Por ello, es necesario que las empresas promuevan programas eficaces para la inclusión de las personas con discapacidad, ante esta oportunidad histórica de realizar labores desde casa o cualquier lugar con acceso a internet y un equipo de cómputo. Es momento de dejar atrás las limitaciones de accesibilidad, romper con la barrera de la discriminación y la desigualdad laboral para abrir paso a políticas empresariales que sumen en su fuerza laboral a personas con discapacidad, fomentando también una sociedad más incluyente.
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