Opinión
¿Poner o no mi discapacidad en mi CV?
Fecha de publicación: 21/Agosto/2025 | Autor: María Nazaret
Una decisión personal que también revela una realidad social.
Incluir o no nuestra discapacidad en el currículum es una pregunta que muchas personas con discapacidad nos hemos hecho más de una vez, y que, en el fondo, nos confronta con algo más profundo: ¿el mundo laboral está realmente listo para la inclusión?
Desde mi experiencia como persona hipoacúsica, he tenido dudas constantes sobre si mencionar mi pérdida auditiva en el CV. No por vergüenza —porque he aprendido a reconocer mi identidad— sino por el miedo a ser descartada sin siquiera tener la oportunidad de demostrar mis capacidades.
La discriminación laboral hacia personas con discapacidad sigue siendo una realidad silenciosa, y muchas veces ni siquiera se necesita una negativa directa: basta con no recibir respuesta después de que alguien lee “tengo pérdida auditiva” para intuir que algo no se vio con apertura.
Lo que implica “decirlo o no decirlo”
Hay quienes deciden incluirlo como parte de su perfil profesional, especialmente si están involucrados en temas de accesibilidad, inclusión, derechos humanos o activismo. En esos casos, la discapacidad no solo es parte de la identidad, sino también de la trayectoria.
Otras personas prefieren no ponerlo explícitamente, pero lo dejan ver a través de logros, reconocimientos, voluntariado, artículos o publicaciones. Y hay quienes simplemente no lo mencionan hasta llegar a una entrevista.
Todas estas decisiones son válidas. No hay una fórmula única. Lo importante es que cada persona se sienta segura, representada y protegida en su elección.
¿Y las empresas?
Aquí es donde la conversación se amplía. Cuando una persona evita nombrar su discapacidad por miedo a la discriminación, no estamos hablando solo de una elección individual. Estamos hablando de una falla estructural.
Muchas empresas aún carecen de formación sobre discapacidad, no cuentan con políticas de inclusión reales o no saben qué ajustes razonables pueden ofrecer. Y en el caso específico de la discapacidad auditiva, el desconocimiento es todavía mayor.
La mayoría de los reclutadores nunca han escuchado sobre otros apoyos como subtitulado en vivo, bucles magnéticos o cubrebocas transparentes. A veces incluso confunden la hipoacusia con sordera total, cuando hay varios tipos de grado de pérdida auditiva, o asumen que no podremos comunicarnos eficazmente, cuando en realidad solo requerimos adaptar el entorno auditivo.
No se trata solo de nombrarlo, sino de transformar
El hecho de que muchas personas con discapacidad optemos por no decirlo en un CV no es un reflejo de debilidad, sino un síntoma de un entorno que todavía no garantiza condiciones equitativas.
Por eso, más allá de la decisión personal, tenemos también una responsabilidad colectiva: sensibilizar, educar y abrir conversaciones con empleadores, equipos de recursos humanos y empresas. Que comprendan que nuestras experiencias nos han fortalecido, que somos profesionales capaces y valiosos, y que solo requerimos ciertos ajustes para desempeñarnos con plenitud.





