19 de Diciembre de 2025

Opinión

Mi cicatriz, mi pérdida auditiva y mi identidad: así encontré mi voz

Fecha de publicación: 27/Mayo/2025 | Autor: María Nazaret

Ilustraci?n en blanco y negro de Mar?a Nazaret, creadora de la iniciativa 'cubrebocas transparente' e integrante de

Cuando me preguntan “¿Quién eres?”, respondo con orgullo: María Nazaret. Mi nombre encierra una historia marcada por la fuerza y la supervivencia. Durante el embarazo de mi mamá, mi hermana gemela y yo enfrentamos un virus letal, con apenas un 30 por ciento de probabilidad de sobrevivencia. Yo nací al final, con una complicación grave en el corazón, pero gracias a mi familia, la fe de quienes rezaron por mí y el trabajo de los médicos, logré sobrevivir.

Crecí con una cicatriz bajo la axila izquierda que me recordaba que la vida ya me había puesto a prueba. A los cinco años noté que algo no iba bien: no escuchaba y pronunciaba muy bien como los demás. Mi mamá también lo percibió, y así llegó el diagnóstico: hipoacusia neurosensorial. Con el esfuerzo de mi familia, accedí a auxiliares auditivos, terapias de lenguaje y una nueva forma de relacionarme con el mundo. No fue fácil, pero fue el comienzo de mi camino hacia la independencia.

Con los años, descubrí que vivir con hipoacusia implicaba enfrentar barreras cotidianas: dificultades para hacer amistades por no escuchar bien, entender las películas sin subtítulos, o las dificultades de seguir conversaciones a distancia o cerca. Aún en mi vida adulta, esos retos persisten. Con el tiempo, comprendí algo crucial: no era oyente, pero tampoco me identificaba como sorda. Estaba en medio, en un puente solitario entre dos mundos. Esa sensación de no encajar me hizo sentir invisible; pero ahí también me llevó a construir mi propia identidad.

Nuevamente contra todo pronóstico, decidí estudiar una carrera que muchos pensarían imposible para alguien con pérdida auditiva: Ciencias de la Comunicación en el ITESO. Me di cuenta, era que mi voz y mi hipoacusia también merecía ser escuchada.

Fue entonces cuando mi activismo comenzó a tomar forma. Ya con herramientas, con voz propia y con un propósito claro, empecé a visibilizar mi mundo y nuestras necesidades. Las redes sociales me conectaron con otras personas como yo. Lo más especial: encontré mi identidad hipoacúsica. Y hoy, con orgullo, la nombro en voz alta que comparto con muchos de mis amigos, conocidos en México, Latinoamérica e internacional. Esa identidad me dio respuestas, dirección y lo más importante una Comunidad.

¿Quién soy? Soy una mujer Hipoacúsica, defensora de los derechos de las personas con pérdida auditiva en un país que apenas empieza a reconocer la diversidad auditiva. Comunicóloga apasionada por las redes, activista de corazón. He impulsado la iniciativa de Cubrebocas Transparentes en México, he investigado tecnologías de asistencia auditiva y soy parte de la mesa directiva de la Asociación Comunidad Mexicana de Hipoacusyque A.C., junto a otras y otros Hipoacúsicos comprometidos.

Gracias a Yo También por invitarme a sumar desde la experiencia personal y colectiva. Hay mucho por decir y compartir sobre la hipoacusia. Y estoy segura de que, en cada texto, descubriremos juntas/os todo lo que ya existe y lo que aún falta para visibilizar la identidad y ajustes razonables de las personas Hipoacúsicas

Nos leemos en el próximo tema.

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