Opinión
Lo bueno y lo malo: La atención del IMSS hacia personas con discapacidad
Fecha de publicación: 06/Agosto/2025 | Autor: Daniel Robles Haro
Querida comunidad de Yo También:
Desde que decidí iniciar este camino como activista y comunicador he tratado de crear conciencia sobre temas relacionados con mi discapacidad.
La vida cotidiana de una persona con discapacidad es una serie de circunstancias que en ocasiones convierten lo más simple en algo difícil o complejo. Hoy les quiero compartir mi experiencia más reciente en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS); con puntos a favor, pero también en contra.
Desde hace un tiempo soy parte de un sistema de consultas virtuales de control. Esto es cada mes. Y me parece un avance favorable. La doctora lleva un control general de mi salud y emite las recetas para surtir los medicamentos. Por lo general, tenemos que ir en un lapso de 72 horas tras la consulta.
Cuando me enfermo de cosas no graves (como una infección de vías respiratorias o algo viral) preferimos ir al consultorio particular más cercano a mi casa pues es casi imposible conseguir una cita en el consultorio familiar asignado por el IMSS.
Si llegas sin cita, te mandan a la temible “UNIFILA” donde te formas y esperas horas a que te asignen consulta. Imagínense sentirse mal: tener fiebre o diarrea, y pasar todo el día esperando por una consulta. Y sin un sanitario accesible, porque muy frecuentemente están fuera de servicio.
La semana pasada coincidió que estuve enfermo con el día en que tenía que recoger mis medicamentos mensuales. Al llegar a mi clínica familiar (la número 53 de Zapopan, Jalisco) noté algunos cambios:
- Están construyendo una rampa nueva a la entrada. Y al parecer con las medidas y características adecuadas
- El elevador y sanitarios estaban en servicio
- Los días y horarios de consulta se ampliaron. Ahora la clínica da servicio sábados y domingos hasta las 10 de la noche
- La unifila avanzó bastante rápido. A la media hora de que llegamos a solicitar consulta, nos asignaron lugar
- En la farmacia ya hay una ventanilla especial para medicamentos controlados y eso hace más ágil el proceso
Mi cita a especialidad (neurología) me la dieron en dos días. Acudí al hospital. Y en esta nueva visita tuve una experiencia no tan buena; en realidad no sé cómo calificarla.
El neurólogo era nuevo, por tanto no me conocía. Mi mamá le explicó mi forma de comunicación y le dijo que yo no tenía un daño cognitivo. Me hizo unas preguntas para contestar “SÍ” o “NO” con la mirada. La consulta fue muy rápida. El doctor escribió sus notas médicas y nos entregó las recetas correspondientes, así como una hoja de referencia para derivarme a otro servicio en otro hospital.
Ya que íbamos de regreso a casa, leímos la nota médica. De inicio dice:
“Daniel, de 29 años de edad.
Problema: (nótese la palabra PROBLEMA) RETRASO MENTAL PROFUNDO con cuadriplejia espástica”

¡¿Queeeee?!, ¿cómo que “PROBLEMA”?, ¿cómo que “retraso mental profundo”?
En primer lugar, creo que debería decir DIAGNÓSTICO. En segundo lugar, en esta consulta de control (por lo general cada una año) tratamos 3 temas:
- Ajuste de medicamento y dieta polimérica
- Solicitar su visto bueno para que se me haga un procedimiento dental bajo anestesia general
- Derivarme al personal correspondiente para considerar la aplicación de toxina botulínica en el área maxilar para contrarrestar un poco mi bruxismo
El término “RETRASO MENTAL PROFUNDO” no me ofende ni nada, pero no es correcto, y no tiene que ver con los temas médicos planteados.
Y por otra parte, me pregunto: ¿bajo qué criterio un médico emite ese diagnóstico a simple vista?, ¿una condición cognitiva es un problema desde el punto de vista clínico?
Además, el término “retraso mental” o “retrasado mental” ya quedó en el pasado. Lo correcto es discapacidad intelectual o cognitiva. Que no tiene nada de malo. Es una condición de vida que no se elige. Pero “retraso mental” suena hasta ofensivo y muy de los setentas.
La verdad me dieron ganas de regresar con el doctor a ‘hacerla de tos’, pero ya íbamos en el Uber de regreso a casa, lejos y súper cargados con dos cajas de dieta polimérica, que son como unas malteadas que vienen en envase tetrapack y pesan mucho.
Aquí me gustaría saber su opinión sobre esto: ¿Es válido señalar o denunciar cuando algo no está bien?, ¿cómo se podría calificar el actuar del neurólogo? Deberíamos regalarle el diccionario de Yo También “¿Cómo se dice? De la A a la Z.
Y así mismo, ¿es válido reconocer avances o mejoras en los servicios de las instituciones?
Yo creo que falta mucho por trabajar aún en cuestiones de empatía, inclusión y accesibilidad. Informar y capacitar personal de todas las áreas de atención a personas con discapacidad. Por eso, no me cansaré de insistir todos los días.
Gracias por leerme
Daniel Robles Haro es activista por las personas con discapacidad y vive con parálisis cerebral. Puedes leerlo en Yo También y seguirlo en su cuenta de X: @DanielRoblesMEX





