19 de Diciembre de 2025

Opinión

Gala para el entendimiento

Fecha de publicación: 21/Noviembre/2025 | Autor: Salvador Guerrero Chipres

Ilustración de Salvador Guerrero Chiprés, coordinador del C5 de la CDMX

La oscuridad no es solo ausencia de luz, es también un espejo. En ella se borran jerarquías, gestos, apariencias. Cuando entramos a la ‘Gala Sensorial’ de Yo También, en el Hotel Barceló, la vista dejó de mandar. La instrucción fue clara: cenas como si fueras una persona con discapacidad visual.

El ejercicio no buscaba la compasión, sino el entendimiento. Mirar la vida desde sus condiciones, comprender barreras y horizontes. En esa oscuridad se aprende que la discapacidad no está en las personas, sino en los entornos no pensados en ellas.

México tiene 20 millones de personas con discapacidad. Si multiplicamos esa cifra por los cuatro integrantes promedio de una familia —un ejercicio aleccionador empleado por Katia D’Artigues—, el resultado impacta: dos de cada tres personas viven con o cerca de la discapacidad.

La ‘Gala Sensorial’ nos recordó que la necesidad de transformarse está en las personas, los espacios, los sistemas, las actitudes. Accesibilizar el mundo no para unos cuantos, sino para todas y todos.

Dentro del salón completamente a oscuras, el sonido del cubierto golpeando el plato parece una explosión. Los murmullos se vuelven guía. El oído se afina. El olfato y el tacto reclaman protagonismo. Comer se convierte en un acto de exploración.

Salir de esa cena fue volver al mundo con una conciencia distinta. La experiencia obligó a pensar en aquello que damos por sentado: menús sin braille, semáforos sin sonido, edificios sin rampas. Cosas que el ojo acostumbrado a la norma deja pasar, pero para millones de personas significan fronteras diarias.

La ‘Gala Sensorial’ celebró XV años de Yo También y de activismo incansable de Katia D’Artigues con un gesto simbólico y político: apagar la luz para encender otras formas de conciencia. Porque en ese espacio donde nadie ve, todos entienden que la accesibilidad es justicia.

Más allá del evento hay una poderosa lección: accesibilizar no es adaptar, es reconocer. No es incluir, es pertenecer. La oscuridad no fue una privación, sino un regalo. Y al salir de ella se ve distinto.