Opinión
9-1-1 en apoyo al TEA
En el marco del Día Mundial de la Concienciación sobre el Autismo, el director del C5 en la Ciudad de México destaca la importancia de educar a la población que vive con esta condición en materia de seguridad.
Fecha de publicación: 02/Abril/2025 | Autor: Salvador Guerrero Chipres
En situaciones de crisis, la vulnerabilidad de quienes viven con Trastorno del Espectro Autista (TEA) exige estrategias para el fortalecimiento de su entorno seguro, en las cuales está considerado el conocimiento y acceso a las líneas de emergencia.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente uno de cada 100 menores de edad en el mundo tiene un diagnóstico de TEA, aunque en países como Estados Unidos esta cifra ha aumentado a uno de cada 36. Esta creciente prevalencia pone de manifiesto la necesidad de adaptar los sistemas de emergencia y reforzar la infraestructura de seguridad en los espacios donde viven y desenvuelven.
Las personas con TEA pueden enfrentar dificultades para identificar situaciones de riesgo o para solicitar ayuda de manera convencional. En una emergencia, es común que experimenten bloqueos comunicativos, hipersensibilidad sensorial o respuestas atípicas al estrés, lo cual puede dificultar la interacción con los servicios de emergencia.
Una niña o niño con autismo que se pierde, por ejemplo, podría no responder a su nombre cuando lo buscan, y una persona adulta en crisis sensorial podría ser malinterpretada por los socorristas si no tienen capacitación sobre la condición.
Cada 2 de abril, con motivo del Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, se presenta la oportunidad de aprender sobre estas vulnerabilidades. Uno de los principales riesgos que enfrentan las personas con TEA es la fuga o “elopement” (como se conoce en ingles), una tendencia a alejarse sin previo aviso de entornos seguros.
De acuerdo con la organización Autism Speaks, cerca del 50 por ciento de las y los niños con autismo han intentado huir al menos una vez, lo que incrementa su exposición a peligros. El desconocimiento sobre cómo y cuándo utilizar las líneas de emergencia, como el 9-1-1, agrava esos riesgos.
Es crucial implementar estrategias para educar a las personas con TEA en el uso adecuado de la línea. Para ello es útil desarrollar materiales accesibles como pictogramas o simulaciones que les permitan comprender cuándo y cómo pedir ayuda.
Su inclusión va más allá de un acto de sensibilización, es una responsabilidad colectiva. Al comprender y respetar sus necesidades, especialmente en situaciones críticas, podemos garantizar las mismas oportunidades de atención.





