Danza inclusiva: bailar sin límites
Integrada por 13 bailarines, cuatro de ellos con discapacidad física, la compañía Variaciones para Sillistas fomenta la sensibilización y la reflexión del público a través de las artes escénicas contemporáneas.
28 de octubre de 2020
Conversa
Por Karina González FauermanFotos: Ernesto Flores, Alejandro Carmona, Centro Cultural España y Jesús Cornejo
Un día Federico vio un flyer en Facebook sobre una compañía de danza inclusiva. Sintió una corazonada y asistió a la dirección mencionada para conocer más detalles. Desde entonces (año y medio) es uno de los cuatro bailarines en sillas de ruedas que forma parte de Variaciones para Sillistas.
“Tuve una lesión en el cuello por un accidente automovilístico hace 30 años, a nivel de las cervicales c4 y c5. Hoy en día la silla de ruedas forma parte de mí en todo momento, son mis piernas”, dice Federico.
“La danza ha sido una parte muy importante en mi vida porque me ha permitido viajar, conocer personas increíbles, formar nuevos amigos, tener una buena condición física y estar en el escenario con el público, que no tiene precio”, explica el bailarín de 51 años, cuyo hobbie es la danza y no recibe pagos por su actividad en la compañía.
Federico, al igual que sus otros compañeros, algunos bailarines y otros actores, es dirigido por la coreógrafa Agustina Suárez Adrover, quien a través de su trabajo promueve el diálogo, la igualdad y la interacción sin jerarquías.
De acuerdo con la también licenciada en Composición Coreográfica (por la Universidad Nacional de las Artes de Buenos Aires, Argentina), la compañía busca potenciar la diferencia como valor creativo y generar contenidos que fomenten la sensibilización y la reflexión del público.
El mayor reto al que se enfrenta como coreógrafa, subraya, es conseguir espacios con accesibilidad, es decir, con elevadores, rampas e indicaciones en sistemas de braille para que cualquier persona con diversidad funcional pueda desplazarse.
“La danza abre otra capa de comprensión de la realidad, despierta la poesía, la imaginación, la reflexión. Es importante salirse de las lógicas cotidianas y abrirse a otros mundos para poder crear los propios”, comparte.
Debido a la pandemia, actualmente no hay ninguna regularidad en sus presentaciones. Sin embargo, realizan dos encuentros semanales vía Zoom desde hace cinco meses.
En la pieza “Bocetos de un Naufragio” trabajan con la música de Gastón Artigas, quien, a partir de usar silla de ruedas, indaga en las posibilidades sonoras que posee este objeto.
“La silla per se la utilizo como instrumento, con un arco de violín en algunas áreas y percutiendo ciertas zonas para generar distintos timbres, los cuales voy grabando con un programa llamado ‘Ableton Live’, que me permite a su vez modificar los sonidos y componer distintos paisajes sonoros”.
“Al proponer un objeto, que contiene tantísimos valores preestablecidos, en una situación fuera de ese contexto, podemos ‘limpiar’ el significado previo y flexibilizar su función. Esto a su vez propone al espectador o la espectadora un ejercicio intelectual de reconstrucción la silla de ruedas: ¿Por qué me sorprendo de verlo utilizado de este modo? ¿Qué pensaba yo que implicaba este objeto? ¿Qué me produce esta situación nueva?”, reflexiona el músico, quien utiliza silla de ruedas desde hace 18 años.
ARTES ESCÉNICAS INCLUSIVAS EN MÉXICO
De acuerdo con Alberto Lomnitz, coordinador del Programa de Inclusión, Diversidad e Igualdad del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), en México abundan las iniciativas inclusivas para personas con discapacidad intelectual, auditiva o motriz.
“A nivel federal, la Secretaría de Cultura, a través del INBAL, tiene como prioridad la implementación de acciones inclusivas en todas sus actividades”. En esta administración existe un eje transversal en todas sus acciones que se denomina, justamente, Inclusión, Diversidad e Igualdad.
“La inclusión de artistas con discapacidad en la programación regular de los foros de artes escénicas del INBAL es un esfuerzo constante que llevan a cabo las Coordinaciones Nacionales de Danza y de Teatro. Sin embargo, la oferta actual de artistas con discapacidad profesionales es relativamente baja. Hace falta la inclusión de estudiantes con discapacidad en los procesos formativos para las artes”, subraya Lomnitz.
En el caso del INBAL, precisa, se está haciendo un esfuerzo desde el nivel de iniciación artística. Ejemplos destacados son el programa Piano Para Todos del Conservatorio Nacional de Música; la inclusión de alumnas y alumnos con discapacidad en las Escuelas de Iniciación Artística del INBAL, y la formación de profesionales en arte y discapacidad, a través de la maestría que se creó para fortalecer estos procesos.
Algunas compañías inclusivas en México son:
Seña y Verbo: Teatro de sordos.
EXPRESIÓN EN RUEDAS
De acuerdo con el sitio DesdemiSilla, el baile en silla de ruedas (cuyas siglas en inglés son LWD o Level Wheelchair Dancing) se originó en Suecia en 1968. Una persona con discapacidad, cuyo nombre es Els-Britt Larsson, se convirtió en una de las pioneras de esta disciplina.
El Campeonato Mundial de Danza en Silla de Ruedas 1998 en Japón fue el primero de este tipo que se realizó, y el mismo año se introdujo como modalidad deportiva dentro del Comité Paralímpico Internacional.
Existen diversas modalidades de Danza en silla de ruedas:
Dúo: los dos miembros de la pareja bailan en silla de ruedas.
Combinado: consiste en que sólo un miembro de la pareja baila en silla de ruedas.
Grupo.
Individual.
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