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Ilustración de un cerebro atravesado por un destello de luz de colores.Ilustración de un cerebro atravesado por un destello de luz de colores.

Así de simple: sonido y luz en el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer

El libro “Your Brain on Art» muestra cómo los sonidos y las imágenes ayudan a sanar el cerebro y es posible medir las mejoras.

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22 de marzo de 2023

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Redacción Yo También

En 1906, un psiquiatra y neuroanatomista alemán realizó una autopsia en el cerebro de una paciente que en vida mostró síntomas anormales. Al pasar los años, el comportamiento de esta mujer, así como su habla y lenguaje, se volvieron erráticos. Olvidó quiénes eran las personas, se volvió paranoica y, a medida que su condición empeoró, sufrió una pérdida total de memoria. Cuando el médico diseccionó su cerebro, encontró placas inusuales y ovillos neurofibrilares en su corteza cerebral. Rápidamente alertó a sus colegas de esta “peculiar enfermedad grave”. El médico era Alois Alzheimer.

Más de un siglo después, la comunidad médica aún trata de comprender la enfermedad de Alzheimer (EA), un trastorno cerebral neurodegenerativo. Pero los primeros estudios han demostrado que es posible que podamos mitigar algunos de los daños creados por la enfermedad de Alzheimer simplemente exponiendo a las personas a ciertas ondas de sonido y luz.

Esta investigación es parte de la creciente disciplina de la neuroestética, o el estudio de cómo las artes y las experiencias estéticas cambian de manera mensurable el cuerpo, el cerebro y el comportamiento, y cómo este conocimiento se traduce en prácticas específicas que promueven la salud y el bienestar. Es un tema que Susan Magsamen e Ivy Ross exploran en profundidad en su libro “Your Brain on Art”.

“Estamos aprendiendo cómo estas experiencias sensoriales alteran una red fisiológica compleja de sistemas interconectados que incluyen sistemas cerebrales neurales, psicológicos, inmunológicos y endocrinos, circulatorios, respiratorios y de orden superior, como los sistemas cognitivo, afectivo, de recompensa y motor”,

citan los autores en un artículo publicado por el sitio Fast Company.

Durante los últimos 20 años, los avances tecnológicos han permitido entrar en los cerebros y estudiar las formas extraordinarias en que las artes impactan a los seres humanos. Resulta que la investigación ahora está demostrando lo que los artistas siempre han sabido.

Los desafíos únicos de la enfermedad de Alzheimer

Con el alzhéimer en particular, los mecanismos por los que progresa la enfermedad son complejos y difíciles de precisar. 

Sabemos que menos del 1 por ciento de las personas con alzhéimer tienen una mutación genética específica que causa la enfermedad. 

Más bien, se cree que el estilo de vida y los factores ambientales son los principales determinantes.

Lo que el Dr. Alzheimer vio originalmente en ese cerebro de la autopsia fueron depósitos de proteína beta amiloide, ahora conocidas como placas amiloides, así como haces de fibras entretejidas conocidas como ovillos tau. Se cree que estos son dos de los principales biomarcadores de la enfermedad de Alzheimer, pero también se cree que están involucrados muchos factores aún por identificar. El daño del alzhéimer generalmente comienza en partes del cerebro relacionadas con la memoria, como el hipocampo.

A medida que avanza, el alzheimer puede afectar la corteza cerebral, lo que lleva al deterioro del lenguaje, el razonamiento y el comportamiento social.

Todo esto es una forma médica de decir que esta enfermedad nos ataca en el corazón mismo de lo que nos hace humanos, destruyendo lentamente la actividad cerebral y llevándose consigo nuestros recuerdos, nuestras relaciones y nuestra independencia.

El alzhéimer es la forma más común de demencia en adultos y la sexta causa principal de muerte en general. Evaluaciones recientes de personas mayores de 65 años sugieren que la enfermedad puede ser en realidad la tercera causa de muerte en ese grupo etario. 

Hoy en día no hay personas más apasionadas que aquellas que buscan una cura para el alzhéimer y, sin embargo, esta enfermedad ha estado desconcertando a la medicina moderna durante décadas. Si bien se ha aprendido más y más sobre el papel de la acumulación de placas y ovillos en el cerebro, los tratamientos actuales para la enfermedad todavía se enfocan en mejorar los síntomas y tratar de retrasar la progresión.

Se sabe que los aportes estéticos nos afectan a nivel celular (el sonido en realidad puede sincronizar el latido de las células del corazón), entonces ¿podría pensarse que los tratamientos estéticos específicos pueden ayudar con algo tan complejo como el alzhéimer?

Por Redacción Yo También

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