A 10 años de Tri-21, el programa gratuito para atender el síndrome de Down
Especialistas y científicos de la UNAM trabajan en la ENES para atender a niños y niñas con síndrome de Down gracias a tratamientos y conocimientos dirigidos específicamente a este sector de la población.
16 de abril de 2024
Redacción Yo También
La Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES), Unidad León, cumple 10 años de atender gratuitamente a personas con síndrome de Down gracias al programa Tri-21, que desde 2014 y hasta la fecha acerca a especialistas en optometría, odontología y fisioterapia a quienes lo necesitan.
Tri-21 comenzó en la Clínica de Fisioterapia de la ENES con un paciente de sólo dos meses de edad, quien recibió una intervención temprana. Ahora ese niño tiene ocho años y cursa la educación primaria.
En este lugar, expertos de la UNAM se dedican a identificar riesgos y dar recomendaciones para favorecer la salud y la calidad de vida de los pacientes que viven con esta condición. Además, las atención e investigaciones que allí se realizan han servido para elaborar tesis y artículos científicos, explica Cristina Carrillo Prado, académica de la institución, a la Gaceta UNAM.
En este programa gratuito para tratar a personas con este síndrome de Down, además de involucrar a las clínicas de Optometría y de Odontología, en agosto del año pasado también se sumó la Unidad de Extensión San Miguel de Allende, donde especialistas les brindan atención de optometría, odontología y fisioterapia.
Ahí, doctores y especialistas utilizan la Escala de Evaluación de Atención Selectiva, con la que presentan a una niña o un niño ante diversos estímulos visuales y auditivos para saber cuáles detecta con mayor facilidad. Así se trabaja la atención selectiva, la atención dividida y posteriormente la focalizada.
Cuando se obtienen los resultados, se puede conocer si el niño o la niña tienen atención deficiente, normal o acelerada, y a partir de esto se proporcionan estrategias terapéuticas, visuales, auditivas o motoras. Al proceso se suman algunos más complejos como memoria, aprendizaje y lenguaje, entre otros.
Carrillo Prado hace énfasis en la importancia de que estos tratamientos se den cuanto antes, en los primeros días de vida, para potencializar el desarrollo y sus resultados. “Tiene que ser, de preferencia, desde los primeros días de vida, una vez que haya un alta hospitalaria, debido a las diversas comorbilidades que presenta esta población”.
Entre las comorbilidades, están la alteración endocrina y las cardiopatías, las cuales están presentes en un 40 o 50 por ciento de las personas con síndrome de Down. Además, niños y niñas tienen menor capacidad de defensa inmunológica, por lo que pueden presentar otitis, sinusitis, neumonías o infecciones con mayor facilidad.
En México, se estima que por cada 650 recién nacidos, uno nacerá con síndrome de Down, razón por la que es importante la difusión de información sobre esta condición y el primer acercamiento de los padres para saber cómo proceder tras el nacimiento y durante su crecimiento. Carrillo Prado explica que algunas personas podrían desarrollar cierto grado de discapacidad intelectual, con características ligadas a esto como disminución del tono muscular, hiperlaxitud ligamentaria, así como condiciones neurocognitivas a edades mayores como alzhéimer, así como enfermedades cardiacas
Los expertos de la ENES están capacitados para reconocer cada etapa del desarrollo y los periodos clave del neurodesarrollo para apoyar de la mejor manera: cuándo deben lograr sentarse por sí solos o cuándo deben comenzar a caminar, así como el reconocimiento de colores , figuras o habilidades específicas. “Contamos con bases científicas para decir qué alteración está presentando un niño y de esta forma brindarle atención”, asegura.
“Las personas con síndrome de Down suelen contar con una mejor percepción y retención visual que auditiva, pueden presentar deficiencia intelectual, desde leve a moderada, y en determinados casos severa. Algunos tienen cierta dificultad para procesar o codificar la información e interpretarla”, agrega.
Por ello, Carrillo Prado insiste en que se debe buscar cómo generar mayor conciencia entre la sociedad sobre la dignidad inherente, valía y contribuciones de estas personas, y fungir en el área de la salud como promotoras de su bienestar.
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