Ni disculpa ni indemnización, México ‘frena’ justicia para Selene
Una estudiante con discapacidad intelectual litigó hasta el Comité de la ONU sobre su derecho a la educación inclusiva. En Ginebra le dieron la razón, lo que obliga a México a una serie de acciones que no ha hecho.
23 de enero de 2024
Itzel Ramírez
Por 10 años, Selene Militza García Vara navegó por todo el sistema jurídico nacional e internacional luego de que un centro educativo público determinara que su discapacidad la imposibilitaba para acceder a una licenciatura. Hoy, a pesar de tener una resolución favorable de Naciones Unidas, la justicia parece todavía lejana por la omisión del Estado mexicano.
El 23 de marzo de 2023 el Comité de Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad emitió un dictamen donde se reconoce que México violó los derechos de Selene, además de que se ordenan acciones de reparación del daño para ella y la garantía de no repetición que implica hacer cambios al Sistema Educativo Nacional.
Tras casi 10 meses de aquel dictamen, la secretaría de Gobernación -instancia encargada de dar seguimiento a la resolución- no ha concretado una sola acción de las encargadas por la instancia internacional, de acuerdo con la abogada Daniela García Vara, hermana de Selene y que fungió como su representante legal.
Actualmente es la abogada Karla Michelle Salas quien lleva la representación de Selene para el cumplimiento de la resolución.
‘No existe presupuesto para exámenes de admisión con ajustes’
El caso inició en julio de 2014, cuando Selene tenía 33 años. La joven quien vive con una discapacidad intelectual de nacimiento, trató de ingresar a la licenciatura en Artes Visuales del Centro Morelense de las Artes, una institución pública.
Un año antes, Selene había comenzado a trabajar dos horas diarias como profesora de adiestramiento en una escuela para personas con discapacidad.
“Debido a que, con su trabajo de solamente dos horas diarias, la autora no podía ser autónoma económicamente, consideró necesario estudiar una licenciatura con el objetivo de poder optar a un trabajo mejor”, recuerda el dictamen.
Al revisar la convocatoria de ingreso a la licenciatura, Selene corroboró que cumplía con todos los requisitos, sin embargo, no fue admitida en la escuela.
Al conocer los resultados, la joven argumentó que durante el proceso de selección no hubo ajustes razonables para las entrevistas y talleres prácticos.
“El rector (del Centro Morelense de las Artes) le dijo que ‘no existía presupuesto para poder realizar la admisión de personas con discapacidad intelectual y que nuestros planes de estudio no estaban diseñados para personas con discapacidad’”, indicó la resolución.
Para agosto, representada por su hermana, Selene presentó un primer amparo que fue sobreseído o negado en primera instancia; luego, en enero de 2016, un tribunal colegiado de Morelos confirmó la sentencia del primer juez.
Posteriormente, Daniela García Vara solicitó la atracción del caso por la Suprema Corte de Justicia, un recurso que le fue denegado.
Entonces decidieron acudir a instancias internacionales.
“Ha sido bastante tortuoso y largo, son prácticamente 10 años. El costo emocional ha sido muy alto para la familia, sobre todo para Selene, que pasó por un proceso depresivo como de un año”, contó Daniela García en entrevista.
Dos reuniones, cero avance
Desde la resolución del comité de la ONU hasta finales del 2023, la secretaría de Gobernación solamente convocó a una reunión de seguimiento en la que los funcionarios preguntaron cuáles de las recomendaciones eran las más urgentes para Selene.
“Nuestra prioridad es una disculpa pública por la importancia que ello tiene para visibilizar el asunto, para que los casos como el de Selene no se repitan. Nos dijeron que sí, que les dijéramos el lugar en donde queríamos que fuera la disculpa, también tratamos el tema de los gastos y costos del proceso, desde ahí quedamos que íbamos a tener otra reunión”, recuerda Daniela García.
Pasaron los meses sin que Gobernación notificara a la representante de Selene (ahora Karla Michelle Salas) de algún avance.
Fue apenas el 15 de enero de este año que hubo otra reunión en la que, de acuerdo con García Vara, no hubo ningún avance concreto.
“Estamos conscientes que los derechos así se ganan, la justicia así se obtiene y de que nos van a dar largas y largas; sabemos que cuando los asuntos llegan a instancias internacionales la ejecución es lenta”, agregó.
Yo También preguntó a un vocero de la Secretaría de Gobernación sobre los avances del caso, al cierre de la edición no hubo respuesta.
Aunque todavía sin fecha para la disculpa pública, Selene Militza ya ha decidido el sitio en donde quiere que se realice el evento.
“(A Selene) le explicamos todo en palabras que ella pueda entender y cuando le preguntamos dónde quería la disculpa pública, dijo que en el Centro Morelense de las Artes. Nos dio mucho gusto que ella dijera que ahí, sobre todo por lo que representa, porque ahí fue donde comenzó todo”, mencionó la abogada.
Sobre la dilación del caso por las autoridades mexicanas, Daniela García apunta que es parte del olvido sistemático que viven las personas con discapacidad en el país.
“Veo un total desinterés por parte del Estado mexicano por garantizar los derechos humanos de quienes tienen una discapacidad. Aunque este caso es un tema de las autoridades, también es el reflejo de que como sociedad, en términos generales, no estamos interesados en las personas con discapacidad. Tan es así que vemos las rampas para ocupadas en los estacionamientos y yo traslado esa falta de empatía a otros niveles, como a nivel autoridad”, añadió.
Además de la disculpa, el Estado mexicano debe reembolsar a Selene los costos judiciales e indemnizarla por el daño sufrido “tomando en cuenta la pérdida de oportunidades laborales que tuvo la autora al no habérsele garantizado su derecho a la educación superior”.
Igualmente debe haber un reconocimiento público de la violación del derecho a una educación superior inclusiva y se deben adoptar medidas para evitar que se cometan violaciones similares en el futuro (legislativas, mecanismos de denuncia, formación de personal docente, combatir estereotipos, prejuicios y prácticas nocivas).
En espera de la disculpa, pero estudiando
Selene, de acuerdo con su hermana Daniela, pregunta constantemente por los avances de su caso, en especial por la disculpa que debe ofrecerle el Estado Mexicano.
Aunque el Centro Morelense de las Artes le cerró la puerta para estudiar, actualmente Selene Militza García Vara estudia una licenciatura en Artes Visuales en la Universidad Autónoma de Morelos -donde sí existen ajustes razonables para el proceso de selección-.
“Con el tema de la licenciatura en la Autónoma de Morelos de repente estaba desanimada porque hay docentes que son del Centro Morelense de las Artes que comentaban que Selene era una persona conflictiva porque había llevado su caso a la ONU”, comentó Daniela.
Esos señalamientos no impidieron que Selene avanzara en su educación, que está a un año de concluir a sus casi 43 años.
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