Él es Carlos Sánchez Barrios, el diputado con discapacidad que buscará el derecho a la verdad en el caso de los 43
Además del esclarecimiento en la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa, el legislador propone que la donación de sangre en el sector público sea gratificada con un día con goce de sueldo.
6 de diciembre de 2024
Ivonne Melgar
Originario de Tixtla, en el estado de Guerrero, y con la expectativa de descubrir qué sucedió con los 43 normalistas de Ayotzinapa, Carlos —de 67 años— busca que en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos se establezca el derecho a la verdad.
Los jóvenes desaparecidos eran parte del séptimo distrito electoral que el diputado Sánchez Barrios representa, por lo que la dolorosa interrogante presente desde hace 10 años no le es ajena.
“También, porque dentro de los 43 desaparecidos está un sobrino mío, hijo de mi hermano (...) vivimos el problema en casa. La incertidumbre sobre qué pasó y dónde están tiene a la familia consternada”, cuenta el legislador de la bancada de Morena.
“Se vive el problema a diario, no disminuye, cada día que pasa aumenta y, en mi papel de representante popular, no puedo permanecer apático a este asunto. Desde esta Cámara de Diputados quiero dejar testimonio de mi preocupación, porque si fuera una noche oscura en la que desaparecieron esos muchachos, que ya salga el sol, para que todo se aclare”.
En lo que va de la actual legislatura —iniciada en septiembre pasado—, Carlos Sánchez Barrios presentó ya dos iniciativas que, sostiene, buscan contribuir a una convivencia social con paz y reconocimiento de las necesidades de terceros.
Además de plantear que se instaure el derecho a la verdad, el parlamentario impulsa una reforma laboral para la Ley del ISSSTE, la Ley Federal del Trabajo y la Ley del Seguro Social, a fin de que en estos tres ordenamientos quede regulado el hecho de que quienes donan sangre puedan disfrutar de un día con goce de sueldo para atender de lleno esa actividad.
“Es una acción solidaria que resulta fundamental. Es una prueba de solidaridad, porque si yo le doy sangre a un hermano, a un amigo, a una persona que ni conozco, es obviamente prueba de solidaridad, y con esa acción estoy contribuyendo a que se restablezca el clima de paz que debe prevalecer en la sociedad. Esta iniciativa apunta hacia esa dirección”, explica.
Diputado por reelección consecutiva, esta es la cuarta ocasión en la que ocupa una curul en el Palacio de San Lázaro. Primero lo fue entre los años 2006 y 2009, y ahora lleva tres legislaturas al hilo: 2018-2021, 2021-2024 y la actual, que concluirá en agosto de 2027. Previo a su cargo federal, se desempeñó como funcionario local en el Congreso de Guerrero, época en que su historia cambió cuando visitaba una comunidad de su distrito.
La discapacidad llegó a su vida tras un accidente
Ocurrió en el año 2003. El diputado Sánchez Barrios se desempeñaba como presidente de la Comisión de Gobierno del Poder Legislativo estatal.
“Me trasladé en helicóptero a un lugar que hoy ya es municipio, allá en la montaña de Guerrero, que se llama Cochoapa, con el propósito de informarle a la población de los avances que se tenían respecto a su solicitud de la creación de un nuevo municipio, que es precisamente el municipio de Cochoapa”, cuenta de manera pausada.
“Al aterrizar ya me esperaba una comisión que me llevaría del helipuerto al centro de la comunidad en una camioneta, y al lado del vehículo iba, a manera de escolta, una cuatrimoto”, añade.
“Se supone que yo quedé admirado de la motocicleta, y digo ‘se supone’ porque no recuerdo nada”, enfatiza. El relato, entonces, es la reconstrucción que el legislador guerrerense logró con los testimonios de quienes lo acompañaban.
“Y el chofer comenta que dije ‘¡qué motocicleta tan chingona!’ Cuenta que él me respondió: ‘Adelante, jefe, si gusta…’, e inesperadamente —inexplicablemente— me fui, me monté en la motocicleta y no avancé más de 50 metros cuando caí en un barranco”.
Se hace un silencio en la oficina del representante popular mientras esta reportera se recupera de la exclamación generada por la crónica de ese accidente.
“Ese es el antecedente de mi discapacidad. Aunque no recuerdo nada, porque médicamente dicen que de por sí el cerebro como que se obstruye para borrar todo lo que no le conviene, pues yo no recuerdo nada”, confiesa. “Y aquí estoy. El accidente fue el 2 de julio del año 2003. Yo regresé a mis labores como diputado local en octubre”.
Resiliencia como clave en busca de la autonomía
Veintiún años después, el diputado Sánchez Barrios cuenta que, una vez que comprendió su nueva condición de discapacidad motriz, resolvió que, aun cuando esta fuera lenta —como su comunicación—, lo haría de pie.
“Antes de regresar al Congreso de Guerrero viajé a Cuba, porque me dijeron que allá los avances en la medicina de rehabilitación estaban ‘a todo dar’, que iba a quedar muy bien. Fui porque me dijeron que la salud hay que buscarla hasta debajo de las piedras y fui allá”.
“Estando en el aeropuerto, no podía caminar bien, llegó una persona muy atenta y me dijo: ‘¿Gusta una silla de ruedas para ayudarlo a bajar?’ Yo me quedé pensativo y me negué, puesto que sentí la capacidad de caminar”.
“Y resulta que en ese momento me dije: ‘No te acostumbres a la comodidad, Carlos, siempre lucha por salir adelante, por conservar tu independencia, por no depender de alguien’”, narra.
En ese momento, Carlos y esta reportera estábamos llorando. “Y, bueno, ese asunto marca toda una actitud de vida, de lucha, y así ha sido”, define. Concluye confesando: “Me emocioné”, mientras se pone de pie y camina hacia la puerta para despedirme con un abrazo de gratitud, de nuestra parte, por la confianza compartida.
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