Los restaurantes de A La Par, ejemplo de inclusión laboral y visibilidad de pcd
La Fundación A La Par gestiona dos restaurantes Rodilla que emplean a 19 personas con discapacidad intelectual.
2 de mayo de 2024
Redacción Yo También
Sergio Martín tiene 48 años, y tras varios trabajos en la Fundación A La Par, hace unos años hizo un curso de hostelería en la misma fundación y empezó a trabajar en Rodilla. Él forma parte de lo que puede considerarse un proyecto piloto, el que pusieron en marcha hace cuatro años la Fundación A La Par y Rodilla.
“Nos conocimos en una feria de franquicias y decidimos meternos en esta aventura", recuerda Ángel Fernández, director de marketing y desarrollo de negocio en Grupo Rodilla, según cuenta 20 Minutos.
La Fundación, que desde hace 75 años trabaja por la formación y la inserción laboral de las personas con discapacidad, llevaba tiempo buscando un proyecto como este.
"Tenemos un pequeño restaurante en la fundación, un parque de ocio infantil, un lavadero de coches… y en busca de nuevas oportunidades, decidimos buscar alguna franquicia. Teníamos gente que habíamos preparado dentro de la fundación y decidimos explorar nuevos mundos", cuenta Carmela Pérez Anchuela, directora de Innovación, Formación y Empleo.
El proyecto, sin embargo, no tuvo los resultados que esperaban. "Nos encontrábamos con diferentes miradas y siempre terminaban diciéndonos que no. Hasta que en 2018 nos encontramos con Rodilla. En 2019 inauguramos el primer Rodilla gestionado por nosotros, y la experiencia fue maravillosa, tuvimos mucho apoyo, muy buenos comentarios”.
Ahora, cinco años y con la pandemia de Covid-19 de por medio, acaban de inaugurar el segundo.
Al día de hoy, cuentan con los dos restaurantes Rodilla en Madrid y dan trabajo a 24 personas, 19 de ellas con discapacidad intelectual o psicosocial.
Los dos Rodilla gestionados por la Fundación A La Par son iguales a cualquier otro, con la misma calidad en el servicio, pero en ellos se respira un ambiente especial porque se perciben las ganas de trabajar, el compañerismo y, sobre todo ilusión, que da poder disfrutar de una vida plena e independiente.
"Ellos están encantados, porque supone conseguir algo por lo que nosotros siempre luchamos en la fundación, que es su independencia. Y se sienten muy realizados, porque es un trabajo muy exigente, los estándares de calidad son muy altos, y ellos se esfuerzan mucho para llegar a esos estándares", cuenta Alberto Valdenebro, gerente de los Rodilla de A La Par.
Antes de entrar a trabajar, se han formado previamente para cumplir esos estándares, como explica Valdenebro "todo el personal que tenemos en Rodilla ha hecho previamente el curso en hostelería de la fundación. Unos han tenido trabajos previos y otros vienen directamente del módulo y siempre, antes de entrar en plantilla, pasan por una formación de dos meses en Rodilla", explica.
Es importante que la gente crea en la profesionalidad de las personas con discapacidad, y sin necesidad de hacerlo solo en entornos protegidos.