El 15.8 por ciento de las pcd experimenta aislamiento y soledad
La discriminación sumada a la falta de accesibilidad e inclusión crean verdaderas barreras físicas que impiden a las personas con discapacidad relacionarse y elegir cómo pasar su tiempo libre, provocando que muchas de ellas se aíslen y terminen en soledad.
22 de abril de 2024
Redacción Yo También
Mientras que para la mayoría de las personas las barreras físicas y arquitectónicas no suponen mayor problema, para quienes viven con alguna discapacidad puede ser una causa de aislamiento social, de acuerdo con los hallazgos de un estudio elaborado por el Instituto Guttmann.
Los resultados de la investigación arrojaron que el 15.8 por ciento de las personas con discapacidad (pcd) experimentan una gran soledad, mientras que el 17.3 por ciento dijo que aunque haya personas cerca, realmente no se sienten acompañadas, informó el portal ABC.
El impacto de las barreras físicas es tan grande que menos del 46.9 por ciento de las personas participantes no tiene la opción de elegir cómo pasa su tiempo libre. En tanto que el 71.7 por de los encuestados dijo tener dificultades de acceso al espacio público, mientras que el 64 por ciento expresó que hay barreras en el transporte de corta distancia por la falta de adaptación.
“Y es que estas ‘barreras arquitectónicas’ se consideran el principal obstáculo que dificulta la independencia de las personas para acceder, moverse o llegar a espacios y servicios comunitarios”, continuó el medio.
Los datos, recogidos en el proyecto Participa, muestran que la integración arquitectónica está lejos de ser una realidad, sentenció la nota.
Además de la falta de adaptaciones en el entorno, el estudio abordó la manera en que el comportamiento de las personas afecta a quienes tienen una discapacidad.
“Cuando fui al sitio reservado, vi que estaba lleno de maletas y tuve que colocarme en la zona del pasillo”, contó Alina Ribes, uno de los testimonios recogidos en el estudio. Los datos corresponden a más de dos mil personas con discapacidad residentes en España y Andorra y cuyos datos han sido recopilados desde el año 2020.
El informe aborda también las dificultades que enfrentan las pcd en el ámbito laboral; solamente una de cada tres pcd participantes en el estudio tiene un empleo de tiempo completo, a pesar de que el 70 por ciento dijo tener la competencia para ello.
Además, el estudio aborda el costo económico de la discapacidad, como los servicios de rehabilitación o los que se asumen para adaptar los domicilios.
Según cálculos del Ayuntamiento de Barcelona, las pcd pagan un sobrecoste de 27 mil 398 euros anuales (poco más de 500 mil pesos mexicanos) por vivir en la capital catalana.
“Por último, el estudio manifiesta que llevar una vida independiente y de calidad con acceso a las mismas oportunidades sólo se logrará cuando la sociedad logré brindar los mismos derechos a todos, sin barreras, ni arquitectónicas ni emocionales”, concluyó la nota.
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