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Una persona con discapacidad disfrutando el descenso a rappel en un cenote de YucatánUna persona con discapacidad disfrutando el descenso a rappel en un cenote de Yucatán

Descenso a rappel y nado en cenote de Yucatán para personas con discapacidad motriz

Una aventura incomparable: adentrarse en las puertas del Xibalbá, el inframundo maya, con cuerdas y arneses.

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2 de octubre de 2023

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Ivett Rangel

Es un sueño hecho realidad, así es como Beatriz, de Madrid y usuaria de silla de ruedas, describe su descenso a las entrañas de un cenote en Yucatán, en el sureste de México. 

“Tenía muchísimas ganas de venir a México y de entrar a un cenote, pero nunca pensé que iba a ser posible… Ha sido toda una aventura maravillosa y divertida: bajar en las cuerdas, disfrutar del agua y de la luz, así como de las formaciones que tienen las rocas, y el apoyo en todo momento, especialmente con mis piernas que se van hacia arriba y la ayuda para equilibrarme… ¡Estoy feliz!”, contó  visiblemente emocionada aún con el chaleco salvavidas puesto. 

Lo mismo sucedió con María, de Croacia, y con Matías, de Suecia, quienes creyeron que por tener una discapacidad motriz y ser usuarios de silla de ruedas, no podrían disfrutar de algo así. 

“Este es mi primer viaje a México y de nado en un cenote, siempre soñaba con poder hacerlo y hoy cumplí mi deseo gracias a Raúl y a su equipo. Viví la experiencia más aventurera de mi vida y que jamás se me va a olvidar. Si ustedes quieren vivir algo similar, se los recomiendo con todo el corazón”, dijo María, quien tiene distrofia muscular derivada de una parálisis cerebral. 

Según datos de la Secretaría de Fomento Turístico de Yucatán, hay aproximadamente 3 mil cenotes, pero menos de la mitad están abiertos al turismo y alrededor de 300 están dentro de haciendas. 

De ese total, solo dos cenotes han sido adaptados por Sacred Waters Expeditions para que viajeros con discapacidad disfruten de una aventura ecoturística.

A poco más de 35 kilómetros de Mérida, en el municipio de Tecoh, se localiza el cenote Nah Yah, que cuenta con los anclajes exactos en los árboles para un descenso vertical de 18 metros hasta el agua. 

Sin importar las limitaciones de movilidad, los viajeros puedan vivir la experiencia de adentrarse en el cenote o, como se creía en la prehispanidad, en las puertas del Xibalbá; disfrutar de nadar en su interior y dejarse llevar por la belleza natural a de estos espacios sagrados. Los sonidos, los colores y los aromas del entorno conectan directamente con el ser interior.  

Al viajero con discapacidad se le coloca el equipo de seguridad: casco, chaleco salvavidas, arneses y cuerdas, después sobre una colchoneta se le acomodará para comenzar el descenso en rappel, poco a poco, hasta llegar al agua, donde hay otras personas esperando. 

“Antes de cualquier cotización/reservación pido información sobre la condición física del viajero y después pido una fotografía de la persona en sillas de ruedas para atender a cada una según sus necesidades». 

“Hemos tenido viajeros con parálisis cerebral, distrofia muscular o con piernas que tienden a flotar, entonces una necesita un arnés especial para bajar y otra unas pesas ligeras para que pueda disfrutar en el agua; la atención es completamente personalizada y siempre hay alguien acompañando la actividad”, explica Raúl Espejo, director de Sacred Water Expeditions.

La empresa también lleva al cenote Noh Mozon, en el pueblo de Pixyah, también en el municipio de Tecoh, y se puede organizar una travesía para visitar ambos cenotes, aunque eso puede resultar exhaustivo para el viajero con discapacidad. 

¿Cuánto cuesta?

La experiencia de un solo cenote cuesta en promedio 11 mil 500 pesos, incluye equipo de seguridad, guías y personal de apoyo, refrigerio, transportación de Mérida al cenote y de regreso a bordo de una camioneta adaptada con rampas y piso especial que permite asegurar las sillas de ruedas. Más el acompañante, en mil 300 pesos. 

La experiencia completa dura alrededor de 4 horas. 

Otros sitios incluyentes

Uno de los principales atractivos turísticos de Yucatán son sus playas; tiene 378 kilómetros de costa. En el mar del Golfo de México se encuentra el remodelado Puerto Progreso, en donde es posible acceder a una playa incluyente; ya que el malecón está adaptado y  acondicionado para que habitantes y turistas con alguna discapacidad motriz también disfruten de este sitio sin obstáculos.

Además, es posible utilizar sillas anfibias (que ahí mismo se solicitan), con apoyabrazos flotantes y tres ruedas que ofrecen estabilidad al flotar en aguas tranquilas como las de este lugar. 

FOTOS: Cortesía Sacred Water Expeditions

Más información en: 

@Sacred Water Expeditions en Facebook y en Instagram Teléfono: 999 382 8873  Correo: [email protected]

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