Museo Soumaya: el arte para todos a través de la inclusión
A través de distintas acciones de inclusión hacia personas con discapacidad, el Museo Soumaya busca mantenerse a la vanguardia conectando el arte con todos sus visitantes. Nos cuenta Alfonso Miranda, su director.
21 de septiembre de 2023
Víctor Méndez
El símbolo más importante de Polanco actualmente no son sus gigantescos edificios, ni las plazas comerciales ni el famoso acuario, sino el espacio cultural que se ubica justo en el corazón de esta importante colonia de la Ciudad de México: el Museo Soumaya, que desde su inicio fue concebido como un espacio accesible.
El Museo Soumaya lleva 30 años existiendo y Alfonso Miranda Márquez tiene 20 años como su director general. Es un historiador mexicano y también presidente de la Asociación de Críticos de Arte México, y sobre todo, una persona consciente de las adaptaciones que se deben hacer para convertir los museos en espacios accesibles para las personas con discapacidad.
“Queremos ampliar y tener una onda de choque positiva en el espacio mexicano y después el latinoamericano; la inclusión ha sido uno de los puntos en los que hemos trabajado, no como moda, si no por el interés en construir un espacio donde el arte sea verdaderamente para todos”, cuenta el director en entrevista con Yo También.
Días patrios con mucho arte para alentar la unidad.Los esperamos en @ElMuseoSoumaya. pic.twitter.com/JTSrU6vnUw
— Alfonso Miranda M (@A_mirandam) September 16, 2023
El Museo Soumaya: arte para todos
Este museo pertenece a la Fundación Carlos Slim, creada por el hombre más rico de todo México, como una forma de acercar el arte a la población. Cuenta con una gran colección que incluye el acervo más importante del escultor Auguste Rodin fuera de Francia, cuadros del impresionismo, así como obras de artistas mexicanos que van desde el retrato hasta el paisaje, e incluso un mural de Diego Rivera.
Miranda Márquez quiere que la “filosofía del ingeniero Carlos Slim y su esposa Soumaya Domit se preserve” a través de su trabajo. Es por eso que el museo funge como espacio incluyente no sólo para las discapacidades físicas, intelectuales o psicoemocionales, sino para cualquier persona que quiera refugiarse en el arte o conectar con la historia.
Pero hacerlo no es tarea fácil. Las buenas intenciones existieron desde el inicio, pero se necesitó de prueba y error para encontrar un camino adecuado; para poder diferenciarse de lo que otros museos del país o la ciudad estaban haciendo.
Visitas inclusivas
“Muchos espacios culturales que además quiero y visito te dicen ‘sí somos accesibles, tenemos cédulas en braille’. Eso me parece muy triste porque sólo te dicen ‘Diego Rivera, Pesadilla de paz’, pero como persona ciega eso no te dice absolutamente nada porque no puedes tocar la obra”.
Para cambiar esto, el Museo Soumaya inició algo poco visto en cualquier espacio cultural, organizan visitas guiadas donde las personas ciegas o con discapacidad visual, por ejemplo, pueden tocar las obras para conocerlas mejor.
“Pueden tocar los originales, para saber cómo se siente, que vean la textura, que nos digan qué se imaginan simplemente por la temperatura del material, el acento de las curvas. Es una experiencia donde podrán hablar y el arte será ese vaso comunicante”, explica Alfonso Miranda.
En el caso de personas con autismo, también se realizan distintas dinámicas para que puedan disfrutar del museo y sus exhibiciones de forma cómoda, sin experimentar discriminación.
“Con el autismo, México lejos de avanzar ha seguido segregando de forma muy hostil”, cuenta. Así que para quienes no puedan recibir estímulos de otras personas, organizan actividades a puerta cerrada para convertir las exhibiciones en espacios no limitativos.
Para acceder a estas actividades, se puede contactar al Museo Soumaya a través de sus redes sociales o ir en persona para coordinar la mejor fecha y horario. Estas visitas “siempre deben ser planeadas, desafortunadamente, porque necesitamos saber quién los atenderá, cómo será el recorrido y la dinámica con otros visitantes”.
Y descubrir nuevos mundos…@ElMuseoSoumaya #ArteParaTodas #ArteParaTodos
#ArteParaTodes pic.twitter.com/nPcFmOGgzC— Alfonso Miranda M (@A_mirandam) May 1, 2023
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La evolución de los proyectos del Museo Soumaya
Aunque el equipo del Museo Soumaya se ha interesado en proyectos de otros países para adaptarlos a México, también han tenido que ver la realidad nacional y cómo abordarla. Alfonso Miranda recuerda el caso de una exposición en el Museo Metropolitano de Arte Moderno de Nueva York adaptada especialmente para personas con alzhéimer.
La emoción por hacer algo parecido aquí fue inmediata. Rápidamente se acercaron a tomar cursos, a consultar con neurólogos y neurocirujanos… y se encontraron un problema: en México no hay un número tan alto de personas con enfermedad de Alzheimer.
Viendo este panorama, decidieron recibir a personas que habían tenido un derrame cerebral. Y cuando comenzó a avanzar el proyecto, se dieron cuenta de otras problemáticas que rodean a las familias en esta situación: la hostilidad de los más jóvenes, de los adolescentes cuyas vidas giran en torno a estos familiares. Por lo que el proyecto contempló incluirlos también.
Es por estas razones, de constante cambio, evolución y aprendizaje, que aunque tienen la intención de impactar a un gran número de personas, lo han tenido que hacer poco a poco. “Se puede atender a muy pocas personas, pero creemos que a pesar de las dificultades, hacer ese poco es mejor que no hacer nada. Es como aventar una roca al estanque y ver que esas pequeñas olas ayudan a otras personas”.
Museo Soumaya y el apoyo a discapacidades
Más allá de instalaciones accesibles, las visitas inclusivas y una mentalidad progresista en cuanto el arte para todos, Alfonso Miranda ha buscado que el Museo Soumaya también tenga una inclusión real dando empleo a personas con distintas discapacidades.
Entre su plantilla de trabajadores hay personas que tienen síndrome de Asperger o que viven bajo el espectro autista y se ha hecho una labor de inclusión no sólo para que puedan ejercer dentro del museo, sino para que tengan espacio dentro de una comunidad.
“Teníamos muy claro, y siempre fui muy claro, tal vez muy estricto, que a la primera persona que se quejara de un compañero con discapacidad, se iba”, dice tajante Alfonso Miranda. Es creyente en dar esta oportunidad y dejar que las pcd se desarrollen en las áreas donde se sientan más cómodas, incluso si esto implica ir cambiando hasta encontrar ese espacio.
“Ha sido una aventura, al principio no fácil, pero hoy estamos muy encaminados”.
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Empatía, la clave de todo
El director del Museo Soumaya tiene muy claro que la diversidad, en todos los sentidos, es lo importante dentro de cualquier comunidad, y sabe que a México aún le falta para llegar a ese punto, pero se esfuerza desde su trinchera en que el mensaje crezca.
“Las personas con discapacidad están viajando en el transporte mexicano, laborando, teniendo novias, novios, tronando y llorando”, señala, y aunque entiende que todavía no es una batalla ganada, “desde el arte se puede poner sobre la mesa para reformulación y desaprender lo que hemos aprendido desde una forma heteropatriarcal, misógina y acusadora”.
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