México, el segundo país a nivel mundial que menos atención pone a la audición
Ruidos fuertes que escuchamos a diario, como del tránsito, construcciones y hasta nuestra música, podrían afectar nuestra salud auditiva, pero las personas no ponen atención a estas señales.
10 de mayo de 2024
Redacción Yo También
El ruido constante de las calles, las obras públicas, la música a alto volumen e incluso las herramientas que generan frecuencias altas en el trabajo, son algunos ejemplos de la exposición diaria a la que las personas están sometidas todos los días, especialmente en las zonas urbanas.
Aunque la concientización sobre los daños del ruido y el cuidado de la salud auditiva son temas de gran importancia, a menudo se pasan por alto hasta que el deterioro auditivo es irreversible.
Una reciente investigación de MED-EL, empresa especializada en soluciones médicas auditivas, reveló que 31% de los mexicanos nunca se ha realizado una prueba de audición, posicionando al país en segundo lugar a nivel mundial en cuanto a la falta de atención a este tema.
El Centro Nacional de Metrología (Cenam) advierte que la exposición a ruidos fuertes, superiores a los 80 decibeles (como el de una perforadora eléctrica) puede ocasionar daños auditivos permanentes o temporales.
Asimismo, frecuencias por encima de los 110 decibeles (como el despegue de un avión), aunque sean por un corto período, pueden provocar daños irreversibles si el oído no está protegido adecuadamente.
“El ruido no solo causa molestias auditivas, sino que la exposición prolongada a niveles elevados suele provocar daños en el oído interno, deteriorando las células auditivas responsables de la percepción del sonido”, explica Jimena Atuán Rodas, médica especialista en Audiología y gerente de Soporte Clínico MED-EL.
“Si bien el oído humano puede tolerar niveles de hasta 90 decibeles de forma esporádica sin sufrir daños, una frecuencia saludable se considera igual o menor a 60 decibeles. Ante cualquier cambio en la audición, es fundamental acudir a un especialista para recibir las mejores soluciones, como dispositivos auditivos o implantes cocleares, según la gravedad del caso”, señala.
Además de la pérdida auditiva, la exposición frecuente al ruido puede provocar otros síntomas, como dolores de cabeza, taquicardia, náuseas, estrés, hipertensión e insomnio.
Para mitigar este impacto y cuidar la salud auditiva, existen algunas medidas que se pueden tomar:
Usar tapones para los oídos en ambientes ruidosos.
Tomar descansos auditivos esporádicamente.
Estar alertas a los cambios en la audición y acudir a un especialista de inmediato.
Realizarse pruebas auditivas periódicas, especialmente si se trabaja en entornos ruidosos o se practica tiro deportivo.
Asimismo, MED-EL clasifica los traumas acústicos provocados por frecuencias elevadas en dos tipos:
Traumatismo acústico agudo o crónico: Ocurre por la exposición a un sonido extremadamente alto en un único evento (como una explosión, disparos o conciertos). Puede ser de corta duración, pero con gran intensidad, dejando secuelas auditivas de leves a moderadas.
Traumatismo acústico permanente: Surge de la exposición repetida a niveles elevados de ruido durante años (entornos laborales o ambientales ruidosos). Provoca hipoacusia permanente y progresiva.
El ruido no solamente daña la audición, sino que también puede afectar seriamente la calidad de vida en muchos aspectos, tanto físicos como mentales, detalla MED-EL en un comunicado. Tomar conciencia sobre este problema y adoptar medidas preventivas es fundamental para proteger la salud auditiva y garantizar un mejor bienestar, agrega.
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