Los diagnósticos de autismo se disparan… pero aún son insuficientes
Una investigación en Estados Unidos revela que entre el 2000 y el 2016, el autismo aumentó en 500 por ciento, y alerta sobre la necesidad de lograr diagnósticos cada vez más tempranos.
31 de marzo de 2023
Ivett Rangel
La prevalencia del autismo aumentó hasta un 500 por ciento en las últimas décadas, pero es posible que todavía no se diagnostique, según un reciente estudio en Estados Unidos.
En un análisis de datos de niños de 8 años en el área metropolitana de Nueva York-Nueva Jersey entre 2000 y 2016, científicos encontraron que la cantidad de niños con autismo y discapacidad intelectual se duplicó durante ese lapso.
Pero, entre quienes no tienen discapacidad intelectual, el aumento fue de cinco veces, dice el estudio de la revista Pediatric, retomado por el portal Disability Scoop.
El estudio subraya que persisten las disparidades en el diagnóstico y que muchas niñas y niños con autismo pueden pasar inadvertidos. Los niños que habitan áreas prósperas tenían un 80 por ciento más de probabilidades que los de áreas desatendidas de ser identificados como autistas sin discapacidad intelectual, mientras que los niños negros en esta categoría tenían un 30 por ciento menos de probabilidades de ser identificados en comparación con los niños blancos.
¿Qué pasa en México?
El gobierno de México no dispone de cifras actualizadas sobre el autismo, como sí ocurre con organizaciones de la sociedad civil que se esfuerzan para que las y los mexicanos estén actualizados en la materia.Con base en sus estadísticas, se estima que al año en México nacen alrededor de 6 mil 200 personas con autismo.
Y aunque exista instituciones de atención, son insuficientes o incosteables para algunos sectores de la población.
Lograr un pronto diagnóstico es fundamental para brindar atención oportuna y útil, así que si detectan alguno de estos indicios en un niño o niña no dudes en acudir con un especialista:
En la escuela no hay interés por otros niños.
No comparten intereses (no señalan con el dedo lo que le llama la atención para compartirlo).
No juega con cosas como si fueran de verdad (cochecitos, muñecos, etc.).
Poco contacto visual.
Si hay lenguaje es literal (no entiende dobles sentidos ni metáforas).
Evita el contacto físico, y acostumbran tener hipersensibilidad táctil, olfativa, gustativa o auditiva.
Intereses inusuales.
Comportamientos extraños, repetitivos y autoestimulantes como el balance, el movimiento de manos o la forma de caminar.
Pueden notar que son diferentes y no entender qué les pasa.
Por Redacción Yo También
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