Juan Armando Ruiz, diputado y exatleta paralímpico, impulsa políticas inclusivas para mejorar la calidad de vida de personas con discapacidad en México.Él es Juan Armando Ruiz Hernández, diputado con discapacidad que ve futuro en la formación de profesionistas con perspectiva de discapacidad
Una de las metas del exatleta paralímpico es la construcción de un presupuesto que contemple recursos suficientes para el deporte adaptado en México.
4 de diciembre de 2024
Ivonne Melgar
Diseñador e impulsor de leyes para la inclusión desde hace más de tres décadas, Juan Armando Ruiz Hernández, de 61 años, ocupa hoy una curul en la Cámara de Diputados, donde defiende la urgencia de presupuestos dignos para los competidores paralímpicos y el involucramiento de las universidades en la construcción de la accesibilidad.
“Lo que necesitamos es un cambio de visión sobre el tema de la discapacidad”, comparte el diputado federal de Movimiento Ciudadano, partido en el que milita desde el año 2000.
“Hoy, por fin, llego a la Cámara de Diputados. Me queda claro que una acción afirmativa es lo que da ese jaloncito que necesitaba para estar aquí, con un compromiso moral de velar por el bienestar de las personas con discapacidad, realizar trabajos legislativos que realmente mejoren su calidad de vida y cambiar ese estigma que existe.”
Pionero en la inclusión de PCD en la CDMX
Conferencista en los Juegos Paralímpicos de Sídney en el año 2000 y competidor de esquí en las ediciones invernales de 2006 y 2010 en Turín y Vancouver, respectivamente, el legislador —reconocible en el pleno de San Lázaro por su sombrero naranja— impulsó la creación del Instituto para la Integración al Desarrollo de las Personas con Discapacidad del Distrito Federal en 2010.
Para entonces, ya formaba parte de un movimiento internacional cuyo objetivo era garantizar la integración mediante una ley, que finalmente fue aprobada en la Asamblea Legislativa de la capital del país, ahora Congreso de la Ciudad de México.
Aunque en un principio se incluyó un artículo transitorio que condicionaba la creación del instituto a la suficiencia presupuestal, Juan Armando logró el cabildeo necesario para sacarlo adelante. “Hablamos con Marcelo (Ebrard) y le dijimos: ‘Pues ya, nombra al responsable. Tú decide quién será’, y él me nombró a mí. Lo puse en marcha y lo dirigí durante tres años y medio”.
Reseña que, durante ese periodo, las estaciones del Metrobús, “salvo la Línea 1 que tiene sus asegunes”, se construyeron bajo la visión de que debían ser accesibles para las personas con discapacidad.
El deporte adaptado como plataforma de visibilización
A partir de septiembre de 2024, el diputado Ruiz Hernández es secretario en la Comisión del Deporte y en la Comisión de Grupos Vulnerables, además de integrar la Comisión de Desarrollo Urbano y Ordenamiento Territorial en la 66ª Legislatura.
“Mi agenda legislativa es tan amplia como la propia Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de las Naciones Unidas, que establece un marco global sobre los mínimos que deben garantizar los Estados”, explica.
“Pertenecemos (las PCD) a todos los estratos sociales. Según el censo de 2020, había cerca de 21 millones de mexicanos con algún tipo de discapacidad o problemas de movilidad. Si calculamos de manera conservadora un impacto en tres personas por cada una con discapacidad, estaríamos hablando de cerca de 84 millones de mexicanos beneficiados por las acciones que llevemos a cabo. Eso implicaría un cambio significativo en nuestro país y en la visión sobre la discapacidad”.
“Somos estudiantes, maestros, trabajadores, deportistas. Y eso lo sabe el México de hoy cuando ve los resultados de los eventos internacionales: ‘Paralímpicos, tantas medallas; Olímpicos, tantas…’ Yo bromeaba con mis compañeros: ‘¿Quién quiere apostar a que nosotros ganaremos más que los Olímpicos?’ Y nadie se atrevió a contradecirme. Hemos generado una imagen de triunfo en el deporte paralímpico que enorgullece a muchas personas”.
Ese orgullo, comparte Juan Armando, se refleja en todos los espacios donde estudiantes, trabajadores y profesionistas demuestran sus habilidades con dignidad.
La clave de la inclusión: educar con perspectiva de discapacidad
Para el diputado Ruiz Hernández, “no buscamos el reconocimiento de derechos en esta Cámara, porque ya los tenemos. El problema es que la realidad muestra que no es fácil acceder a ellos. Para las personas sordas, por ejemplo, es casi imposible llegar a niveles profesionales de universidad. ¿Por qué? Porque no se han generado condiciones de igualdad. Cuando el desarrollo de un país no es incluyente, segrega y deja comunidades atrás”.
“Seguimos formando arquitectos, ingenieros, urbanistas, médicos, pedagogos y psicólogos sin la más mínima idea de cómo su profesión podría cambiar la calidad de vida de las personas con discapacidad”, señala.
En su caso, busca que las leyes secundarias en materia de vivienda sean accesibles en términos de crédito y diseño. “Si vemos un departamento de interés social, la puerta del baño mide 70 centímetros y hay un muro de más de un metro. Por ahí no entra una silla de ruedas”.
El legislador también reflexiona: “Somos uno de los sectores de la población que a veces teme más al éxito que al fracaso. No nos atrevemos a intentar algo porque creemos que no pasará”.
¿A eso se refiere cuando habla del estigma que enfrentan las PCD?, le preguntamos.
“Sí, por ese conformismo que nos han inculcado como sociedad: que no servimos, que nos hagamos a un lado, que estamos aquí para que nos ayuden. En mi caso, tuve un accidente automovilístico a los 16 años y mi familia no tenía recursos para enviarme a rehabilitación. O me quedaba en casa llorando por lo que había perdido o seguía adelante. Y seguí adelante. Antes del accidente dije: ‘Algún día estaré en una olimpiada’, y lo logré. He estado en cuatro Paralimpiadas: dos de invierno y dos de verano. He sido deportista y dirigente”, concluye.
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