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Movimiento de Personas con Discapacidad en la Marcha del OrgulloMovimiento de Personas con Discapacidad en la Marcha del Orgullo

¿Dónde está la inclusión? Inseguridad y discriminación en la Marcha del Orgullo

El primer contingente de personas con discapacidad que participó en la 44 Marcha del Orgullo LGBT+ sufrió empujones y estuvieron en riesgo severo.

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27 de junio de 2022

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Jenny Bautista

El entusiasmo con el que el Movimiento de Personas con Discapacidad se sumó por primera vez como contingente a la 44 Marcha del Orgullo LGBT+ tuvo una respuesta inversamente proporcional al trato que recibieron y que, por minutos, los hizo temer por su integridad física.

De hecho, ante la falta de garantías y respeto hacia las personas con discapacidad, que fueron protegidos por acompañantes e intérpretes de Lengua de Señas Mexicana, optaron por salir de la marcha y no exponerse más.

Ello, después de que los organizadores de Incluye T, quienes ofrecieron el acompañamiento, abandonaron al contingente, que según la planeación irían en el cuarto lugar de formación.

De acuerdo con el comunicado emitido por el comité del Movimiento de Personas con Discapacidad que comparte la forma en que participaron en la marcha antes de que iniciara, cuando aún se encontraban en el Ángel de la Independencia.

“Sorteando los obstáculos de puestos ambulantes, tardamos poco más de 40 minutos en llegar al Ángel de la Independencia. Mientras esperábamos el banderazo de salida bajo el sol, cada vez llegaba más gente que avanzaba en contraflujo, lo que ocasionó que nuestro contingente se compactara, hasta el punto de que los intérpretes de Lengua de Señas Mexicana, los acompañantes y aliados tuvieron que ser nuestra barrera humana. Entre empujones y gritos, pedíamos que se respetara el espacio”. 

Es importante que todas las voces sean escuchadas, que las necesidades de accesibilidad y seguridad sean resueltas con acciones específicas, así como seguir impulsando una sociedad consciente de las diferencias, no solo de género, sino desde la interseccionalidad.

Cuando una mujer, lesbiana, bisexual o transgénero, miembro de una comunidad indígena que vive con alguna discapacidad, tenga la garantía del respeto de sus derechos y la libertad de participar en eventos públicos, entonces habrá una verdadera inclusión.

La exigencia principal fue la falta de seguridad: aquí los testimonios

Haber sido obligados a salir de la marcha, responde a la nula conciencia y dinámica que hay hacia las personas con discapacidad y es reflejo de la cotidianidad. La concurrencia es poco solidaria y la marcha debería ofrecer espacios seguros para el desplazamiento de personas que viven con discapacidad. 

Yue, persona con discapacidad miembro de la comunidad LGBT+

Una experiencia agridulce, con momentos muy emotivos, pero falló muchísimo la parte de la seguridad, me asusté mucho cuando se empezaron a pelear, tenemos que decir qué cosas son necesarias para prevenir este tipo de situaciones, el próximo año volveremos a salir con las acciones que nos ayuden a ser realmente incluidos.

Uriel Osorio, miembro de la comunidad LGBT+ y vive con baja visión. 


Mi sentir está muy contrariado, no todos íbamos con el objetivo de apoyar y visibilizar una problemática social y cultural, sino que iban a embriagarse. Escuchar de viva voz a gente burlándose de la comunidad con discapacidad y diciendo “Yo me burlo de todos, que sientan lo que viví” y entonces mi pregunta es: ¿Dónde está la inclusión? Por esta falta de empatía y humanidad casi nos aplastan. A todo el contingente, con todo y usuarios de silla de ruedas y niños. Sentí mucha impotencia.

Mina, psicóloga de Psicología inclusiva.

Decidimos marchar por independiente, cuando llegamos al Zócalo y pasó a exponer su sentir, Guz Guevara dijo que se había disuelto el contingente de PCD. Nos sentimos decepcionados, pues aún dentro de un grupo minoritario como lo que es el LGBTT+, que lucha por tener una visibilidad y un trato igualitario, pero que dio un trato de discriminación y exclusión al grupo de PCD.

Ana Govea


Mi experiencia fue muy traumática, gente cayó encima de mí, me estaban aplastando, casi me voltean de la silla, no podía respirar, recibí varios golpes por gente que también estaba desesperada. Encontré a una chica con asma que estaba entrando en crisis, traté de calmarla, pero en la lucha por salir, nos dividieron. Entré en una crisis de ansiedad y desafortunadamente me noqueé. Una señora me salvó la vida, no sé cómo le hizo para sacarme, pero me sacó de ahí.  

Dianely Fuentes, bailarina profesional sobre silla de ruedas.

Siento que como «comunidad» LGBT+ tenemos una discapacidad aún peor, la FALTA DE EMPATÍA. Me sentí impotente. Después de que me despedí del grupo he visto muchos videos de los que todos mis contactos están compartiendo de fiesta, baile, carros alegóricos, dragas, gogos, etc., yo me siento decepcionado.

Emilio, intérprete de Lengua de Señas Mexicana y miembro de la comunidad LGBT+


Mi experiencia es una mezcla de alegría con mucha decepción. Fue la primera marcha a la que iba con mi novio y en un contingente específico. Conocimos a excelentes personas y en un principio creí estar seguro, pero, se convirtió en un caos, la seguridad que había sentido se esfumó. Lo que más me dolió fue la poca empatía e indiferencia de la gente, quienes a pesar de los continuos gritos de que había personas con discapacidad, seguían empujando. Mi novio me ayudó y pudimos salir de entre la multitud. Decepcionado y todo, esto me motiva a seguir alzando la voz para decirles ¡Aquí estamos!

Omar, miembro de la comunidad LGBT+ vive con discapacidad motriz.


Frustrada por lo ocurrido de ayer, al momento de querer salir de la contingencia, es cuando me doy cuenta de que a pesar de que la comunidad de pcd ha alzado la voz, aún falta mucho para que la sociedad los vea como sus iguales. Tuve la grata satisfacción de conocer a personas increíbles.  A la sociedad les hace falta ver qué son personas sexuales, les hace falta conocerlos y ver qué son capaces de hacer lo mismo que una persona sin discapacidad.

Fabiola, hermana de una chica con discapacidad motriz.

Por Jen Mulini