El huracán Otis y la discapacidad: la otra criminal negligencia
Los señalamientos de que México no estaba preparado para atender, en emergencias, a personas con discapacidad fueron recomendaciones de la ONU desde 2014. Además ahora habrá más necesidad de apoyos psicosociales con menos presupuesto.
26 de octubre de 2023
Katia D'Artigues
Las imágenes conmueven y eso que apenas llegan a cuentagotas porque mientras escribo esto aún no se restablecen las comunicaciones con el estado de Guerrero después de el huracán Otis. Familiares de personas que viven con angustia porque a la fecha no saben si están bien sus personas queridas en Acapulco y no quiero ni pensar en otras poblaciones cercanas que no cuentan con tanta infraestructura. La pobreza golpea siempre dos veces a las personas en situaciones de emergencia y, si además viven con discapacidad, tres veces más.
“Un huracán catastrófico”, tituló The New York Times mientras aquí en México el presidente López Obrador, quien debería ser el hombre más informado del país, citaba datos en su conferencia de la mañana del jueves 26 de octubre que estaban desactualizados. Aún los medios, sin la infraestructura del Estado, tenían mejor información.
Un presidente que se lanzó a visitar por carretera, haciendo el ridículo al quedar su jeep atascado y sobre él integrantes de la Guardia Nacional. Una imagen que es casi metáfora de este sexenio.
Un presidente que, por cierto, también promovió la extinción del Fondo de Desastres Naturales (Fonden) en 2021 que ahora podría apoyar a Guerrero y la reconstrucción que deberá hacerse ahí.
Si no hubo ni tiempo ni prevención alguna del desastre para personas sin discapacidad, y, lo que descubriremos en los próximos días sobre las personas que viven con discapacidad, será peor aún. No soy una vidente ni ave de mal agüero: siempre la pasan peor en las emergencias de todo tipo porque no nos hemos preparado para atenderlas.
¿Por qué? Por sus propias condiciones, sí, pero también por las barreras que aún existen en la sociedad para contemplarlos en estas situaciones y la falta de protocolos claros.
También una alerta que no hay que dejar de ver: ante un desastre humanitario de esta magnitud habrá que proveer apoyo adicional para atender la emergencia psicosocial, emocional no sólo en el corto sino en el mediano y largo plazo. Y esto va acompañado de otra pésima noticia: esto se hará en un país que, para este presupuesto 2024, no aumentó, sino que recortó en casi 40 por ciento la inversión en salud mental como documentamos en la nota “Ni más medicamentos ni más presupuesto para salud mental” .
Como siempre, hay que subrayar los datos e insistir que no estamos hablando de pocas personas.
Hay, según el Censo 2020, 669 mil 526 personas con discapacidad y limitaciones para la vida cotidiana en Guerrero. Como siempre, no son pocas personas las desatendidas. Hay que multiplicar este número por cuatro personas más, las familias: 2 millones 678 mil 104 personas directamente afectadas. ¿O usted dejaría a su familiar con discapacidad en una emergencia? En Acapulco hay 155 mil 370 personas, que, multiplicadas por cuatro dan 621 mil 480.
Los muchos pendientes para las personas con discapacidad en emergencias
Lo que pasó y pasará en Acapulco será la crónica de un desastre anunciado y una criminal negligencia. Al menos la ONU desde 2014, cuando emitió recomendaciones a nuestro país sobre el tema, alertó sobre la necesidad de prepararnos en materia de discapacidad. Señalamientos que, por cierto, fueron reiterados apenas en marzo del año pasado, 2022.
Fue el Comité sobre derechos humanos de las personas con discapacidad de la ONU quien dijo esto sobre la situación de personas con discapacidad en emergencias:
“El Comité señala una falta de protocolos específicos para la evacuación de personas con discapacidad en situaciones de riesgo, emergencias humanitarias, y ante la presencia de desastres naturales”.
Lo pueden leer en la página cinco de las Observaciones sobre los informes periódicos de ese mecanismo de seguimiento que hicimos, accesibles por cierto, en Yo También.
Recomendó a México que desarrollara protocolos específicos para la evacuación por estado de la República, que diseñara y difundiera materiales accesibles en Braille, Lengua de Señas Mexicanas, lectura fácil, trascripción en audio y video. No sólo eso también redes de respuesta en casos de crisis, que identificara lugares adecuados de refugio y albergue para pcd. También que capacitara a todo el personal de protección civil.
¿Qué se ha hecho de esto? Nada o si soy generosa, muy poco.
En el 2018, la Comisión Nacional de Derechos Humanos hizo una “Guía con recomendaciones para considerar a las personas con discapacidad en protocolos de protección civil”. Una guía que no es del todo accesible, por cierto, como evaluó Celso Soto, nuestro editor de accesibilidad, un profesional ciego.
Y eso es en materia de prevención. Ahora, frente a la emergencia, tampoco hay nadie informando en formatos accesibles. Nadie en Lengua de Señas Mexicanas, por ejemplo, es lo que más se ve. Es común que sean intérpretes los que tomen la iniciativa y lo hagan vía Facebook, que es una red muy popular entre la comunidad sorda.
El gobierno de Guerrero, por ejemplo, hasta tuitea mensajes que no son accesibles para las personas con discapacidad visual que quieran colaborar y donar a un Centro de Acopio. No usan, siquiera, las herramientas que ya están disponibles para tener un texto alternativo.
🙋🏻♂️#Apoyo | Centro de acopio por el Huracán “Otis”.
🏫 Oficina de enlace educativo SEP- Guerrero pic.twitter.com/W6Aq7R1FEY
— Secretaría de Educación Guerrero (@EducGuerrero) October 26, 2023
También hace falta que alguien convoque a los medios de comunicación a que ahora, durante la emergencia, comuniquen para todas las personas, independiente de sus obligaciones como concesionarios. Es algo que podría hacer el Consejo Nacional para el Desarrollo y la Inclusión de las personas con discapacidad, Conadis, si es que hiciera su trabajo.
Pero no, el Conadis no ha dicho nada de la emergencia hasta que escribo esto hoy, jueves 26 de octubre. Peor aún, al entrar a sus redes sociales me percato de que sus mensajes han dejado de ser accesibles. Está claro en el último posteo que Conadis publicó en Twitter por el 24 de octubre: una postal de conmemoración por el Día Mundial de la Poliomielitis. Tampoco hay nada de mención a la emergencia en su página web.
¿Qué se debe hacer antes, durante y después? Buenas prácticas
Las emergencias se pueden preveer con información; ayuda a que haya menos daños. Pero también hay cosas qué hacer durante y después.
Deberá ser tema de otro texto más largo, pero por lo pronto refiero a algunos materiales.
Una nota que hicimos en Yo También en agosto de este año con material útil para personas con discapacidad y sus familiares: Huracanes y tormentas, cómo preparar a personas con discapacidad. Contiene la liga a una ficha de información útil para que acompañe a las propias pcd, sobre todo aquellas que tienen problemas de comunicación y/o atenciones médicas en particular.
Los esfuerzos Federal Emergency Management Agency, FEMA, accesibles. Tienen muchos videos en Lengua de Señas Americana, por ejemplo.
La segunda edición de un manual de los Centers for Disease Control and Prevention, CDC, en español : “Mensajes de preparación y seguridad respecto a huracanes, inundaciones y desastres similares”. Tiene todo un apartado destinado a personas con discapacidades.
La aplicación movil, para Estados Unidos, de la Cruz Roja en situaciones de emergencia.
Pero por lo pronto, desde Yo También mandamos nuestra solidaridad y apoyo a las familias y personas afectadas.
Queremos saber sobre ustedes. Por favor cuéntenos a través de nuestras redes sociales su experiencia durante estos días tanto si viven con discapacidad o tienen un familiar con ella. Queremos contar sus historias y contribuir a visibilizar los muchos retos. Aquí el post de Facebook.
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