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 Bassem Al-Habal. Bassem Al-Habal.

Sin escuchar las bombas o señales de alerta: Los retos de una persona sorda en Gaza

Las personas sordas en medio de la Franja de Gaza enfrentan un doble reto, al no escuchar las bombas o señales de alerta. Un hombre cuenta su experiencia.

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10 de junio de 2024

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Redacción Yo También

Todos los días, Bassem Al-Habal sale de la habitación en la que vive con su familia para buscar agua y comida. Su vida, tras ocho meses de conflicto armado en Gaza, ha cambiado tanto que ahora llama hogar a un pequeño espacio adaptado dentro de una escuela convertida en refugio.

Noticias ONU, la agencia de información de Naciones Unidas, platicó con Al-Habal, un hombre sordo que comenzó a contar cómo es su vida a través de videos que comparte diariamente en redes sociales.

Ziad Talib, corresponsal de Noticias ONU en Gaza, platicó con Al-Habal gracias a su cuñada Ghalia Al-Kilani, que aprendió lengua de señas para poder comunicarse con su hermana, que también tiene discapacidad auditiva. 

“Quería enviar un mensaje a la comunidad sorda de todo el mundo, así que decidí filmar mi vida normal, cuando las casas están siendo bombardeadas. Utilizo la lengua de signos europea para que les llegue la idea y para que la gente vea lo que está pasando en Gaza”, dijo Al-Habal.

El incremento en su número de seguidores, así como del apoyo a Gaza y a la causa palestina le impulsó a seguir con su contenido en redes sociales. 

Hace siete meses, Al-Habal huyó del norte de la Franja de Gaza; ahora, desplazado y fuera de su hogar, lucha por encontrar comida, agua y trabajo para mantener a su familia. 

Las bolsas de harina entregadas por el Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (UNRWA) le han ayudado en algunas de sus jornadas de búsqueda de alimento. 

Según datos de la ONU, cerca de 1.7 millones de gazatíes son ya desplazados internos y de ellos más de la mitad son niñas y niños que se enfrentan a la falta de acceso a agua, alimentos, combustible ni medicinas suficientes. 

Estoy muy cansado y tengo mucho miedo. Temo por mi mujer y mi hija”, contó. 

Ese miedo no le ha impedido apoyar a otras personas que, como él, han sido desplazadas.

“Cuando veo niños en la calle, les ayudo hasta que sonríen y olvidan el bombardeo. Lo importante es que los niños sean felices y se alejen del miedo”, aseguró.

Al-Habal no escucha los bombardeos, sino apenas un débil eco que percibe gracias a un audífono. 

A través de sus videos ha contado como algunos de sus amigos con discapacidad auditiva murieron porque no pudieron escuchar los bombardeos o las instrucciones de las fuerzas israelíes “y cuando otros intentaron mover sus cuerpos, algunos fueron alcanzados por disparos”. 

Esa dificultad para reconocer bombardeos y disparos ha puesto en peligro a la comunidad sorda de la Franja de Gaza, sostuvo Al-Habal.

¿Por qué el mundo observa lo que nos ocurre y permanece en silencio?”, cuestionó.

Encima, dijo, las personas sordas se enfrentan a la extrema dificultad de ganarse la vida en Gaza.

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