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Fernanda Galicia, primera egresada sorda de la carrera de  Diseño Gráfico en la Benemérita Universidad Autónoma de PueblaFernanda Galicia, primera egresada sorda de la carrera de Diseño Gráfico en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla

Fernanda busca una oportunidad en el mundo laboral; es diseñadora gráfica y vive con discapacidad auditiva

“¿Cómo voy a tener experiencia si no me dan un trabajo para generar mi experiencia?”, se pregunta la joven.

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6 de junio de 2024

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Redacción Yo También

Fernanda Galicia a inicios de este año se convirtió en noticia nacional al recibir de las manos de la rectora de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla su título como licenciada en Diseño Gráfico al ser la primera egresada sorda. Ahora busca un trabajo incluyente donde se pueda desempeñar.

La joven desafió las expectativas desde una edad temprana al enfrentarse a su diagnóstico a los tres años. De la mano de su mamá exploró posibilidades que le permitieran primero comunicarse y luego estudiar hasta titularse.

"Vencí el miedo y supe hacer muchas cosas. Es por ese miedo que la mayoría de las personas con alguna discapacidad no estudian", señala para una charla con La Silla Rota.

María Fernanda cuenta que su mamá estaba convencida de que ella iba a hablar y desde que era pequeña ingresó a una escuela regular con lo que tuvo que empezar a hablar.  Así, fue aprendiendo a enfocarse en los labios de las personas hasta que la llevaron al Hospital de la Comunicación Humana donde tuvo terapia del lenguaje.

"Yo solita tuve que esforzarme para aprender a leer los labios, porque no hay un lugar donde te puedan enseñar. Mi mamá me enseñó algunas palabras, yo tenía que repetirlas cuando tenía tres años", comenta.

Cuenta que en cuando iba en la primaria había compañeros que tenían miedo de acercarse, en cambio había otros que se juntaban con ella y la apoyaban, por ejemplo, en las exposiciones: "cuando debía pasar frente a grupo sólo aprendía una parte y a veces me tardaba mucho porque tenía que explicar, pero tuvieron paciencia”.

A la distancia, cuando piensa en los obstáculos académicos a los que se ha enfrentado, afirma que en las escuelas de todos los niveles "faltan muchas cosas, como que obligatoriamente se imparta, desde kínder, el lenguaje de señas, porque es algo que necesitamos".

Se mudó de ciudad para estudiar la universidad

A los 19 años quiso cursar Arte Visuales en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), pero al no aprobar el examen de admisión su otra opción fue la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) y aunque presentó su examen también en Artes Visuales, tuvo un problema al entregar un documento y se quedó en Diseño Gráfico.

Desde los primeros semestres de su carrera la atrapó la ilustración y para sus trabajos se inspira en “el mundo fantástico, la naturaleza, la tradición y costumbre del país. También el arte urbano de mi barrio, Ecatepec, es mi mayor fuente de inspiración”, revela.

Aunque confiesa que dejar a su familia, especialmente a su mamá, para emprender una nueva vida estudiando no fue fácil, pero la ayudó a ser más independiente.

"Cuando me vine a Puebla fue muy difícil porque tenía que ver todo yo misma, aunque fue muy bueno porque aprendí muchas cosas, me hice independiente, resolví yo misma", cuenta.

"He sido rechazada por las empresas por la falta de experiencia”

Después de graduarse y obtener su título, Fernanda busca una oportunidad laboral en un país donde cifras oficiales revelan que en México sólo 21 de cada 100 personas con discapacidad auditiva, de entre 3 y 29 años, van a la escuela; y de ellos alrededor de 50 por ciento llega a la primaria.

"He sido rechazada por las empresas por la falta de experiencia. No entiendo: ¿Cómo voy a tener experiencia si no me dan un trabajo para generar mi experiencia? También por problemas de habla: no puedo hacer las actividades que requieren, como realizar llamadas y son requisitos que piden las empresas”, expone.

Fernanda concluye la entrevista pidiendo a las personas que tienen alguna discapacidad que no se aíslen, que pidan ayuda cuando la requieran:

"Sé que nos cuesta trabajo, pero estamos intentando ser mejores personas; ojalá quienes den clases vean como un pendiente importante aprender lenguaje de señas. Nosotros podemos, somos fuertes. No permitamos que nos pisoteen", concluye.

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