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Collage de cuatro fotos donde hay niños con discapacidad conviviendo con caballos.Collage de cuatro fotos donde hay niños con discapacidad conviviendo con caballos.

Caballos ‘policía’ que ayudan a niños y niñas con discapacidad en Ciudad Victoria, Tamaulipas

Un grupo de caballos de la unidad montada de Tamaulipas sirve cada semana para ayudar con equinoterapia a menores que viven con alguna discapacidad. Además, padres y madres de niños y niñas también se ven beneficiados.

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17 de junio de 2024

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Redacción Yo También

Policías estatales de Ciudad Victoria, en Tamaulipas, integrantes del Agrupamiento Montado de la Guardia Estatal, ayudan con atención a niños y niñas con distintos tipos de discapacidad, como autismo, parálisis cerebral o síndrome de Down, usando a 10 de los 50 caballos que son parte del equipo.

“A través de esta actividad se busca beneficiar a niños y niñas”, dijo Juan Chompa González, jefe del departamento de la Unidad Montada y Canina de la Secretaría de Seguridad Pública de Tamaulipas, explicó que se aliaron con la Fundación Falcone para llevar a cabo sesiones de equinoterapia que suponen mejoras significativas en la comunicación, concentración y vínculos afectivos del paciente.

De acuerdo con El Universal, este servicio está al alcance de cualquier persona con discapacidad. Sólo tiene que solicitarlo a la secretaría de Seguridad en un horario de lunes a viernes en compañía de algún familiar mayor de edad facultado para asistirle.

“Mis compañeros policías están capacitados y preparados para impartir las sesiones de equinoterapia, así como otras actividades de nuestro servicio”, añadió Chompa González.

La Asociación Falcone para Niños con Discapacidad A.C. lleva 27 años realizando este tipo de actividades y son pioneros en su rama. Martha Luz Falcone Treviño, presidenta, está certificada desde 1997 en Equinoterapia por el Centro de Evaluación de Querétaro.

Jaime Arratia Falcone, el hijo de Martha Luz, comenzó con sesiones de equinoterapia cuando tenía nueve años en las instalaciones de Seguridad Pública como una terapia extra para su tratamiento de autismo. Para él es un momento de conexión emocional con el caballo y la terapia lo tiene tranquilo y feliz.

“Al momento de montar a caballo, la estabilidad que les genera el movimiento les manda impulsos a su cerebro para que entren en un sistema de relajación. Además, se sienten más seguros de sí mismos, tienen más autonomía y empiezan a tener más contacto con el exterior”, explica Falcone Treviño sobre estas terapias.

Además, ahondó en el vínculo que existe entre los caballos y sus jinetes. A los animales “les encanta que les den cariño, que los acaricien, es parte de la equinoterapia: ese vínculo de amor y cariño… Saben que es totalmente genuino”.

Más que montar a caballo

Falcone Treviño piensa en estas terapias no sólo como una ayuda para los menores, sino también para sus padres, de quienes comprende que pueden quedar excluidos socialmente hasta por sus propias familias. “A mí no me invitaban a ninguna fiesta… Cómo iba a llegar Jaimito que iba a andar corre y corre, iba a estropear la tranquilidad de la fiesta”, relata.

Ella misma vivió este rechazo. Al saber que la dejarían de invitar a fiestas, decidió que la Asociación Falcone haría reuniones donde nadie quedara fuera, pues “no eran nada más para un niño, eran para mil 200 familias, y ahí vienen las mamás felices de la vida porque también ellas eran excluidas de la sociedad”.

Además de la equinoterapia, la Asociación Falcone también busca programas de comunicación alternativa. Para ello, la propia presidenta viajó a Costa Rica para tomar un curso y capacitarse en el tema. “Es un programa maravilloso. Teníamos 38 años de no escuchar a nuestro hijo, de no saber lo que piensa; aún estamos trabajando duro en ello”.

No cualquier caballo

Los caballos que participan en estas terapias no son cualquiera. Deben tener ciertas características, como temperamentales, de edad y de mansedumbre.

Martín Silguero Briones, instructor de monta del agrupamiento, explica que deben ser ejemplares maduros, de por lo menos deben tener entre 15 y 20 años de edad, una vez que pasa la etapa de brío de la juventud. 

“Lo que estamos viendo es una clase de equinoterapia impartida por nosotros, elementos de aquí de la corporación. A los niños que vienen tratamos de que el caballo les dé motivación, ese temperamento para que él se sienta a gusto, y se desestresen”, mencionó el oficial de la SSP.

Las terapias de la Asociación Falcone se imparten de forma gratuita en la corporación policial cada jueves con la finalidad de dar apoyo y estímulo a niñas y niños con discapacidad.

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