“Tienes que levantarte y seguir adelante”: La lección que el ejército le dejó a un sargento en silla de ruedas
Francisco Caraballero, sargento primero de las Fuerzas Armadas de España, quedó parapléjico tras un accidente. Ahora aprendió a aceptar el cambio y salir adelante gracias al apoyo de su familia.
26 de octubre de 2023
Yo También | Servimedia
El sargento primero Francisco Caraballero Morales entró en la vida militar con 24 años tras matricularse en una carrera universitaria que «no me gustaba». Otros habrían buscado como alternativa un trabajo común o iniciado otra formación profesional. Pero él decidió «probar en el Ejército» y allí aprendió que «cuando te caes tienes que levantarte y seguir para adelante”.
Esa lección castrense cobró otro significado años después. En concreto, cuando el 2 de junio de 2020 su vida cambió de manera radical. Entonces estaba destinado en Ceuta. En plena pandemia de Covid-19, cuando salía del trabajo, un coche lo arrolló y a causa del accidente quedó parapléjico.
Caraballero tiene ahora 48 años y desde Las Palmas, donde reside, habla con orgullo en una entrevista con Servimedia de sus más de dos décadas de servicio en las Fuerzas Armadas españolas.
Este suboficial del Ejército de Tierra recuerda a la perfección cómo todo cambió tras el atropello. “Yo ya llevaba unos cuatro años viviendo allí, con mi familia. Me llevaron al Hospital de Cádiz, ya que el Hospital de Ceuta es un hospital muy pequeño y no atiende este tipo de urgencias», relata.
Pasó en Cádiz todo el verano, desde el mes de junio hasta septiembre. Entonces le derivaron a su tierra, en concreto al Hospital de Gran Canaria, en Las Palmas. «Y aquí estuve hasta febrero de 2021”, subraya. Durante «el transcurso de todo ese tiempo» le concedieron la baja permanente. «Y pasé directamente al retiro”, señala..
Tirar para adelante
“Fue un cambio grandísimo. De salir a correr todos los días por ahí, que a mí me encantaban las carreras de montaña, a verte en una silla de ruedas. Cuando uno se ve así pues solo tienes un camino, tirar para adelante. Y eso te lo enseña el Ejército, la verdad es que sí”, recalca al echar la vista atrás.
En cualquier caso, tener una grave discapacidad no le ha hecho perder su espíritu combativo: “Cuando te caes tienes que levantarte y seguir para adelante, si no puedes con las piernas lo haces con los brazos, pero seguir para adelante, al menos por mi mujer y mis hijas”, sentencia. En todo momento, habla de su esposa, Guacimara, y de sus dos hijas como sus grandes apoyos: “Ellas me han ayudado muchísimo a salir hacia adelante”.
Sin embargo, no olvida a los que fueron sus jefes. “Tanto el coronel como el teniente coronel me fueron a visitar varias veces al hospital. Y mi jefe directo también vino a visitarme. Estuve totalmente arropado por ellos, y a diario diría yo”, recuerda tres años más tarde.
Destaca especialmente que sus superiores del Ejército «siempre estuvieron pendientes» de su familia y no olvida que facilitaron en todo momento la estancia de su mujer y de sus hijas en la residencia militar de Cádiz, así como con cualquier apoyo que necesitaran.
Como veterano, desde el Ejército le han llamado en varias ocasiones para ofrecerle ayuda en diversos ámbitos y enfatiza que “para nada” se han olvidado de él. Con respecto a los compañeros de unidad, sigue en contacto con algunos de ellos, y con otros no. “Usted sabe que el tiempo va pasando y cada uno va haciendo su vida, pero bueno con algunos sí, desde luego”.
Las Fuerzas Armadas no se han olvidado de él. De hecho, el pasado 6 de julio fue invitado a un acto de homenaje a los más de 400 militares heridos en acto de servicio en los últimos cinco años. Sin embargo, la mala suerte volvió a cruzarse en su camino. Su deseo era estar presente pero el día antes sufrió una caída y se fracturó los dos fémures.
La ministra de Defensa, Margarita Robles, acompañada por la cúpula civil y militar del Ministerio y las Fuerzas Armadas, presidió aquel acto en la Escuela de Guerra del Ejército como homenaje a todos ellos y este sargento primero lo tiene aún muy presente. “Me encantó que todavía se acuerden de uno”, subraya.
Militar para siempre
Francisco recuerda que en 2009 salió como sargento de la Academia de Ingenieros en Hoyo Manzanares y de allí se fue a Ceuta destinado por dos años hasta que por motivos familiares regresó a Las Palmas por un tiempo, hasta que unos meses antes de ascender a sargento primero, volvió a Ceuta con la familia en noviembre del 2016. Y allí trabajaba hasta el día en que todo cambió, el 2 de junio de 2020.
Caraballero esgrime que en Arma de Ingenieros tuvo muchos cometidos y en la última etapa estaba en el área de obras. Sobre su contacto hoy con las Fuerzas Armadas, subraya que “el que es militar lo es para siempre, hasta que te mueras. Uno es militar para siempre, quieras o no”. Y así el sargento primero Caraballero muestra que rendirse, para él, nunca ha sido una opción.
Esta información ha sido elaborado por la agencia de noticias Servimedia y publicada previamente en sus portales de información www.servimedia.es y www.discamedia.es
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