¿Por qué se usan calcetines de colores en el Día Mundial del Síndrome de Down?
En diciembre de 2011 la Asamblea General de las Naciones Unidas designó al 21 de marzo como fecha para crear conciencia en torno a esta condición.
21 de marzo de 2024
Redacción Yo También
En los últimos años, uno de los principales símbolos en la socialización y concientización acerca del síndrome de Down y la información que lo rodea es el uso de calcetines coloridos.
Se trata de una iniciativa cuyo fin es destacar de entre el resto, así como generar curiosidad sobre el por qué la persona usa medias dispares tan llamativas. Una vez captada la atención del entorno, lo más seguro es que se inicie una conversación al respecto, y cuando cuestionen el motivo de la vestimenta, la persona puede contestar: “los uso para crear consciencia sobre el síndrome de Down”.
Esta es una práctica con menos de 10 años de vigencia. Si bien su origen no es del todo claro, gran parte de las personas dedicadas a temas de discapacidad, y particularmente a esta condición, coinciden en que tuvo su aparición en 2015 bajo el nombre “Calcetines Disparejos”, campaña impulsada por la Asociación Internacional del Síndrome de Down. Sin embargo, fue hasta 2018 que el movimiento tomó mayor fuerza tras la viralización de un video en redes sociales en el que la pequeña Chloe Lennon, niña británica de apenas cinco años de edad, invitaba a todo el mundo a sumarse.
“Para el Día Mundial del Síndrome de Down, por favor, usen calcetines disparejos de colores para celebrarlo. Que tengan un buen día, ¡adiós!”, comentó.
A partir de entonces resulta más común observar esa peculiaridad en la vestimenta cada 21 de marzo, fecha en la que se invita a ser creativos, crear diseños propios, hacer que las personas se involucren y compartir información veraz, inclusiva y con perspectiva de discapacidad.
Este es el diseño oficial para 2024
La página web del elabora un concurso anual para seleccionar el diseño oficial de los calcetines para cada edición. Este año el ganador fue David Salguero, un chico con síndrome de Down originario de Guatemala.
Su diseño está inspirado en los engranajes, pues él dice que “son necesarios para que las máquinas funcionen. Tienen dos funciones principales: aumentar la velocidad o aumentar la fuerza. Cada uno encaja perfectamente con el otro, y juntos forman parte de algo más grande. Muchas veces la gente puede creer que porque tenemos un cromosoma extra, porque somos engranajes diferentes, no podemos encajar y hacer un gran cambio, pero esto no es cierto. Juntos, como comunidad, somos parte de algo mucho, mucho más grande. Juntos aumentamos la fuerza, como engranajes en una máquina increíble”.
Las piezas, que además son fabricadas con materiales ecológicos y compostables, están disponibles en tamaño infantil y para personas adultas, en nueve y 15 libras respectivamente. El empaque contiene seis calcetines, que dan como resultado tres pares que no combinan. La compra apoya a personas con síndrome de Down en todo el mundo a través del trabajo de la Red Internacional del Síndrome de Down.
Acabemos con los estereotipos
Año tras año, la red ‘Síndrome de Down Internacional’ (DSI por sus siglas en inglés), selecciona y desarrolla una temática a impulsar en el marco del día mundial de esta condición. Dicho tópico forma la base de una campaña universal de acción en favor de la inclusión. Para la edición 2024 se busca “Poner fin a los estereotipos”, por lo que organizaciones de la sociedad civil, organismos de salud internacionales, activistas, personas defensoras de derechos humanos y las personas con síndrome de Down en conjunto con sus familias hacen un llamado a la población global a compartir el mensaje para lograr la meta.
La campaña lanzada a través de redes sociales y su página web consiste principalmente en una serie de testimonios de personas con síndrome de Down de todo el planeta, quienes en un par de líneas exponen la discriminación a la que han hecho frente originada justamente por los estereotipos. Indican que de forma general son tratados como infancias ya estando en etapa adulta, son subestimados, y relegados o incluso abusados.
Carlos, uno de los participantes de “Poner fin a los estereotipos”, originario de México, señala que gran parte de la población cree erróneamente que el síndrome de Down es una enfermedad. “¡No lo es! El síndrome de Down es una condición. Somos como cualquier otra persona. Quiero que el mundo nos vea como realmente somos”, comentó.
Otras naciones representadas en la estrategia son Nueva Zelanda, Reino Unido, Nigeria, Kenia, Estados Unidos, Suiza, Australia y Canadá. Las personas embajadoras -y por tanto rostros de esta campaña- expusieron los retos a los que se enfrentan de forma diaria, desde el ámbito laboral al ser consideradas como personas que no pueden trabajar, hasta limitantes por parte del sistema en torno al tipo de educación que pueden recibir. “Quería ir a la universidad pero, como tengo una discapacidad intelectual, los únicos cursos disponibles para mí eran ‘Habilidades para la vida’. ¡No quiero ir a la universidad para aprender a hacer mi cama!”, compartió Tía, de Estados Unidos.
De igual forma, la campaña “Pon fin a los estereotipos” incluye un video en el que mediante frases concretas muestran la diversidad que existe entre las personas con síndrome de Down, derrumbando el mito de que todas, todos y todes son iguales.
“Todas las personas somos diferentes. Todas las personas con síndrome de Down somos diferentes. Todas las personas con una discapacidad intelectual somos diferentes. No todos nos comportamos o actuamos de la misma forma. A nosotros no nos gustan las mismas cosas. Cada uno de nosotros tiene su propia identidad. Tenemos nuestros propios gustos e intereses. Tenemos nuestros propios talentos, como cualquier otra persona. Vivir con síndrome de Down o con una discapacidad intelectual es solo una parte de quienes somos. Somos personas, trátanos como tal”, comentan cada una de las personas participantes en el audiovisual de apenas un minuto y medio de duración.
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