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Mujer acostada en una cama con las piernas recogidas y tapándose la cara con el codo.Mujer acostada en una cama con las piernas recogidas y tapándose la cara con el codo.

Depresión y ansiedad: El efecto de una mala alimentación en la salud mental

Los alimentos ultraprocesados, ricos en azúcares, harinas, grasas y otros aditivos, pero pobres en fibra y vitaminas, podrían estar ligados con problemas de salud mental, así como un deterioro cognitivo prematuro.

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1 de marzo de 2024

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Redacción Yo También

No es un secreto que el consumo frecuente de alimentos ultraprocesados está asociado al incremento en el riesgo de diabetes, hipertensión arterial, enfermedades cardiacas, cáncer o problemas para regular los niveles de azúcar, triglicéridos y colesterol en el cuerpo. Sin embargo, en los últimos años se ha investigado el efecto de los alimentos ultraprocesados en la salud mental, como indicó GQ.

El estudio Cross-sectional examination of ultra-processed food consumption and adverse mental health symptoms (Examen transversal del consumo de alimentos ultraprocesados ​​y síntomas adversos de salud mental), publicado por Cambridge University Press en julio de 2022, encontró que mientras más alimentos ultraprocesados consuma una persona, mayores son las probabilidades de que experimente sensaciones de depresión leve y ansiedad.

“Además, otros han sugerido una relación entre el consumo de alimentos ultraprocesados y el deterioro cognitivo, junto con un bajo estado anímico”, indicó el medio. 

Eric M. Hecht, epidemiólogo de la Facultad de Medicina Schmidt de la Universidad Atlántica de Florida, e investigador del estudio, explicó los resultados del estudio, realizado entre más de 10 mil adultos en Estados Unidos.

“Hubo un aumento significativo en los días con mal estado de ánimo entre aquellos que consumían el 60 por ciento o más de sus calorías de alimentos ultraprocesados. Esto no es una prueba de causalidad, pero podemos afirmar que parece haber una asociación”, dijo Hecht.

Otro estudio, conducido entre 11 mil adultos de Brasil, encontró una conexión entre el alto consumo de ultraprocesados y una peor función cognitiva, es decir, el deterioro de la capacidad de aprender, recordar, razonar y resolver problemas.

“Si bien tenemos un declive natural de estas capacidades con la edad, vimos que este declive se aceleró un 28 por ciento en las personas que consumen más del 20 por ciento de sus calorías de alimentos ultraprocesados”, mencionó Natalia Gomes Goncalves, académica de la Facultad de Medicina de la Universidad de São Paulo y autora principal del estudio.

Aunque hasta ahora no se conoce con certeza cuál es la razón de los efectos de la ingesta de alimentos ultraprocesados con la salud mental, sí hay algunas pistas sobre esta correlación. 

“Por ejemplo, las dietas ricas en alimentos ultraprocesados suelen ser pobres en fibra, la cual se encuentra sobre todo en alimentos vegetales como cereales integrales, frutas, verduras, frutos secos y semillas, y ahora se ha demostrado ampliamente que la salud intestinal está directamente relacionada con la salud mental”, explicó el texto. 

La fibra también es fundamental para la producción de ácidos grasos de cadena corta, que juegan un papel clave en la función cerebral; además, está la poca diversidad de la microbiota intestinal y una dieta rica en azúcar contribuyen a la inflamación crónica, que se relaciona con problemas mentales y físicos. 

El artículo recordó que los alimentos ultraprocesados son preparaciones industriales comestibles y que son ricos en azúcares, harinas, grasas, sal, aditivos, edulcorantes, colorantes, emulsiones y potenciadores de sabor.

También se distinguen por sus procesos de elaboración, que generalmente incluyen freír, refinar e hidrolizar proteínas.

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