La empresa donde caben todas las discapacidades es real y está en Puebla
El 90 por ciento de su plantilla laboral son personas con discapacidad que han logrado su independencia económica y demuestran cada día su eficiencia laboral en distintas áreas productivas; la más reciente es un boom: los simipeluches que vuelan en los escenarios.
5 de septiembre de 2022
Itzel Ramírez
Apenas cruzar la puerta, Rosario saluda, pregunta nombre y motivo de la visita y la anuncia por teléfono, luego se levanta a dar indicaciones a uno de sus compañeros, entonces se sienta y retoma la plática; de no ser porque para desplazarse toca las paredes ocasionalmente, sería difícil darse cuenta de que la responsable de la recepción de CINIA, la fábrica donde se hacen los peluches del Dr. Simi, es una mujer con discapacidad visual.
¿Ya leyó lo que dice ahí? -, pregunta Rosario, quien perdió la vista a los 35 años y que desde hace 15 trabaja en CINIA.
Se refiere al lema que da la bienvenida al complejo: “Admitimos todas las discapacidades menos la flojera”.
¿Qué le parece, bonito, no? -, continúa la recepcionista.
Por fuera, en las rejas de las instalaciones ubicadas en Cholula, Puebla, se aprecian un par de distintivos que avisan que la fábrica es un lugar incluyente y con un destacado ambiente laboral, sin embargo, los carteles se quedan cortos para describir cómo, desde hace 17 años, CINIA funciona como una auténtica forjadora de destinos de las personas con discapacidad.
En estricto sentido, cada peluche del Dr. Simi -que recientemente ha cobrado fama al ser arrojados a artistas durante sus espectáculos- está hecho de telas, ojos, bigotes y boquita; pero el mayor valor está detrás de su manufactura.
Cada peluche está hecho del trabajo de algunas personas que han perdido extremidades, otras que no ven, que no escuchan o que tienen alguna condición de discapacidad intelectual y que se encargan de dar forma, rellenar, coser y empacar los mil muñecos diarios que en promedio se producen en la fábrica.
No solo hacen juguetes
Además de los peluches, en CINIA se elaboran todo tipo de textiles (uniformes corporativos, bolsas y peluches personalizados, pantalones de mezclilla), partes de exportación para autos y se ofrecen servicios de limpieza para empresas y de jardinería para empresas y domicilios.
El proyecto no solo cambió la vida de Rosario, también las de Poncho y Silvia, que se conocieron y enamoraron en la planta y luego tuvieron un hijo; o la de Gonzalo, el mejor planchador de los alrededores, la de Esteban que llegó a la empresa desde su fundación, la del jovencísimo Beto, uno de los más nuevos de la empresa, y la de cientos de personas con discapacidad que a través del trabajo digno han encontrado la posibilidad de empoderarse y de independizarse.
El salario semanal obtenido en CINIA ha permitido que algunas personas con discapacidad (pcd) mantengan a sus padres, adultos mayores, o que haya personas con discapacidad intelectual que han podido acceder a un crédito de Infonavit y que hoy son dueñas de una casa propia, detalla Samantha Henríquez, gerente de Marketing y Comunicaciones de la empresa.
Cinia es referente a nivel Latinoamérica, pues se trata de un modelo único ya que la empresa fue creada específicamente para dar oportunidades de empleo a pcd, a diferencia de centros que tienen solo algunos puestos para la inclusión. Actualmente, de las 440 personas que componen la plantilla, el 90 por ciento vive con alguna condición de discapacidad, explica Henríquez.
Rampas y accesos amplios a todas las áreas, jardines perfectamente cuidados, un comedor y baños accesibles permiten que las y los empleados puedan moverse por el complejo.
La política de inclusión para todas las discapacidades tiene quizá su mejor exponente en el área de automoción, donde se fabrica el cableado interno para los faros de autos, un producto que se exporta a España.
“Lo especial de esta área es que aquí pueden estar personas con discapacidad muy elevadas porque no necesitan motricidad fina para poder desempeñar su trabajo, entonces hay unas petacas donde hay instrucciones de cómo tienes que colocar el cable y cada persona cumple con una fase del proceso”,
explica Henríquez.
Empoderar desde el empleo
El enfoque para la contratación en CINIA es claro: a partir de la discapacidad se decide qué papel puede desempeñar cada persona y se le capacita para ello. Aquí, se adapta el puesto para cada persona, lo que permite que haya un espacio casi para cualquiera.
“No nos basamos en los obstáculos y al mismo tiempo tampoco los usamos para justificar. Al final CINIA te demuestra que las reglas son para todos, si llegaste tarde es igual para una persona con discapacidad o sin ella, no hay concesiones, todos somos iguales”, apunta la gerente.
La igualdad aplica también para los puestos, pues hay supervisores, ingenieros y auxiliares de gerencia con discapacidad, es decir, en labores que van más allá de la operación.
El impacto de las oportunidades de empleo se ve en las personas que antes de llegar a la empresa convivían solo con sus familiares. Ahora, tener un empleo remunerado implica salir de casa, tomar un transporte, llegar a tiempo, trabajar, convivir, crear nuevos vínculos, de acuerdo con los empleados de la empresa.
“Hay mucha sobreprotección con el tema de la discapacidad, les dicen que no pueden hacer algo porque tienen ciertas limitantes y aquí se prueba que no”, afirma Henríquez.
La empresa también integra a personas adultas mayores y otras en situación de vulnerabilidad, en una historia que suma 17 años mostrando que es un modelo viable de negocio.
Hoy, CINIA elabora textiles que van a Canadá, Noruega, España y Estados Unidos (los peluches del Dr. Simi son apenas 20 por ciento de la producción del área textil); sus empleados de limpieza laboran en empresas como Bimbo y Thyssenkrupp y se ha ampliado a Querétaro, donde ofrecen servicios de jardinería y limpieza.
“También es un tema de demostrar que podemos con tiempos, con calidad de los productos, con costos competitivos y con la calidad, nuestra bandera nunca es contrátanos porque somos una empresa con personas con discapacidad, sino porque cumplimos en tiempo, calidad, precios y además somos competitivos con el mercado. Somos una empresa social pero no es nuestra bandera principal porque competimos con otras empresas como una más del mercado”, añade la gerente.
Además de las labores cotidianas, en CINIA se capacita para aprender Braille y Lengua de Señas Mexicana, que, como se observa, es comúnmente utilizada en los pasillos.
El boom del simipeluche
El auge los muñecos del Dr. Simi impactó de tal manera a CINIA que ahora, debido al incremento de la demanda, busca duplicar su producción para hacer casi 70 mil peluches al mes.
Además del muñeco tradicional (con bata de doctor como las botargas que bailan en cada sucursal de Farmacias Similares), en CINIA han creado otras 26 versiones, siendo el beisbolista, el astronauta y el bombero las más solicitadas.
“Todos se venden, no importa cuál pongas, se acaba en menos de 24 horas”,
presume Henríquez.
Sobre los cantantes que han pateado o aventado algún peluche, Samantha deja claro que no hay ningún tipo de reclamo.
“Es un tema muy personal de cada quien, no tiene que ver con el Simi o con las personas que lo hacen. No creo que sea una agresión”, asegura mientras el trabajo sigue, unos con el relleno de los bracitos, otros que pegan el pie a la pierna, quien desdobla las manitas o quien cose la bata del muñeco más solicitado para los conciertos.
Modelo importado de España
Fundada en 2005 por Cinia González Diez y su esposo Antonino Fernández Rodríguez (expresidente de la cervecera Grupo Modelo), CINIA tomó su modelo de sus empresas “hermanas” Gureak y Soltra, ambas líderes de la inclusión laboral de pcd en España.
La historia se remonta a 1975 cuando madres que formaban la Asociación Guipuzcoana en favor de las personas con discapacidad intelectual (Atzegi), pugnaron por encontrar espacios laborales para sus hijos, algo que se concretó en Gureak en San Sebastián.
Luego de 25 años lo que comenzó como talleres de formación se convirtió en un grupo industrial con una plantilla de cinco mil 575 personas, cuatro mil 830 de ellas con discapacidad y con servicios de procesado de cable, electrónica, operador logístico, inyección de plástico, ensamblajes y manipulados, servicios de alimentación y salud, limpiezas y lavandería industrial, gestión de establecimientos, servicios auxiliares y asistenciales, marketing, soluciones gráficas, logística y distribución postal, orientación.
En el año 2000, el matrimonio Fernández González fundó Soltra (Solidaridad y Trabajo Virgen del Camino), en la ciudad española de León. Ahí se ofrecen servicios de montajes, logística, distribución y de lavandería y jardinería como en Cinia de México.
Por Itzel Ramírez