Arnulfo Castorena es leyenda en la alberca y en la vida
Inclusión laboral, el nuevo reto que tiene ante sí el nadador paralímpico, quien ganó el oro que representa la medalla 299 en la historia de México en los Juegos Paralímpicos.
31 de agosto de 2021
Eduardo Vega
Después de subir al podio en Londres 2012, Arnulfo Castorena no logró colgarse ninguna medalla en Río 2016, por lo que su determinación para alcanzar de nuevo la gloria olímpica creció hasta conseguirlo ahora en Tokyo 2020 con una medalla de oro más para su legendaria carrera deportiva.
«La verdad muy contento. Pasaron ocho años para que cayera esta medalla y gracias a Dios cayó, me siento muy contento y feliz, ahora me toca disfrutarla con mi familia, con mis hijos. Ellos son el motor que me impulsan para seguir adelante».
LA FRASE:
«Gracias a Dios ya hemos salido adelante y hemos demostrado que en esta vida todo se puede».
#MeEmocionoComoCastorena. La imagen que Ivett Rangel captó del campeón paralímpico.
Guerrero de la vida
El nadador nacido en Guadalajara, Jalisco está acostumbrado a luchar cada día de su vida y, asegura, no ha sido fácil enfrentarse al rechazo, pero cada batalla lo ha fortalecido para triunfar como deportista, hombre, esposo y padre, donde ha ganado las medallas más valiosas.
«Son muchas cosas, desde que nací fue lo que le batallé y la pérdida de mi madre y el rechazo de mi papá, todo el esfuerzo que hice para salir adelante y demostrarle a mi familia que todo se podía a pesar de tantas adversidades que me pasaban en la vida, pero gracias a Dios lo superé”, recuerda Castorena.
Durante su vida, la delgada línea entre la luz y la oscuridad, entre el fracaso o la victoria, ha estado siempre presente, pero Arnulfo ha tenido la valentía y la fuerza de voluntad para seguir siempre por el camino correcto, algo que para nada ha sido fácil para el campeón.
«Siempre lo he dicho: viví entre fuego y nunca me quemé. Yo veía como mi familia se drogaba y yo decía ‘si ellos lo hacen por qué yo no, quiero saber qué se siente, quiero olvidar todo’, pero gracias a Dios no se me dio eso y siempre luché para salir adelante»,
confesó.
Felicitación entre campeones: Arnulfo Castorena y Jesús Hernández
Entrenar y ganar a pesar de todo
El multimedallistas paralímpico y mundial es una verdadera leyenda en la historia de los Juegos Paralímpicos, pero para lograrlo ha tenido que ganar épicas batallas con base en la disciplina, constancia, fuerza de voluntad y valor a prueba de todo con la que enfrenta la vida.
«Estuve buscando muchos deportes, antes de iniciar la natación me gustaba mucho los clavados y los trampolines, pero sabíamos que no había un deporte paralímpico y un entrenador me dijo que yo dominaba bien la alberca y me dijo que mejor me fuera a practicar y desde ahí comencé».
«Fue muy difícil. Meterme a una alberca, tener que pagar, tener que alimentarme, a veces a los entrenamientos me iba sin comer, llegaba a la casa y a veces no veía qué comer, cuando salía de entrenar me daba mucha hambre».