Antonio Rebollo, el arquero paralímpico que iluminó los Juegos Olímpicos de Barcelona 92
El lanzamiento de la flecha de fuego que sobrevoló hasta el pebetero pasó a la historia como uno de los momentos más icónicos del deporte olímpico.
15 de agosto de 2024
Redacción Yo También
Era julio de 1992, en el Estadio Olímpico de Montjuïc. Después de más de tres horas de una espectacular y brillante ceremonia de inauguración, oficialmente, los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 alzaban el telón.
El encendido del pebetero de esa noche espectacular estuvo a cargo de Juan Antonio San Epifanio y del arquero paralímpico Antonio Rebollo, quien protagonizó un momento ya histórico, que vive en la mente de toda una generación.
El arquero encendió una flecha con fuego olímpico y la disparó a una altura de 90 metros hacia el pebetero. Durante los segundos que ésta estuvo en el aire, el estadio entero quedó en silencio. Cuando la llama olímpica se encendió a lo alto en el pebetero, el silencio se convirtió en aplausos y exclamaciones de júbilo.
Sin embargo, tiempo después se dio a conocer que la flecha nunca entró al pebetero y que sólo tenía que pasar por encima, creando la ilusión del encendido. Se trató de una maniobra televisiva perfectamente ideada por expertos en efectos especiales.
Mira aquí el lanzamiento de flecha que marcó a toda una generación:
¿Quién es Antonio Rebollo?
El protagonista de esa noche, sin duda, fue Antonio Rebollo, el arquero paralímpico, quien fue diagnosticado con poliomielitis a los ocho meses. Al crecer, inició con el tiro con arco por pura casualidad al escuchar el deporte por la radio, de acuerdo con información de As.
Su buen desempeño lo llevó a colocarse como uno de los mejores arqueros españoles del momento, teniendo su primera participación en unos Juegos Paralímpicos en Nueva York en 1984, donde demostró su talento para alzarse con la plata. Cuatro años después, en Seúl 88, consiguió subirse al podio gracias al tercer puesto logrado.
Juegos Olímpicos Barcelona 92
En algunas entrevistas, Antonio contó que para el proceso de selección para Barcelona de 1992 fue citado en una zona rural del Valle de Hebrón junto con más de 200 arqueros. Con apenas dos disparos, uno a la diana y otro al centro, fue seleccionado. Poco tiempo después le presentaron a Reyes Abades, el mejor creador de efectos especiales y ganador de nueve Goyas.
Abades fue el encargado de preparar lo que sería el broche de oro de la Ceremonia de Inauguración de Barcelona 92. Para ello, Antonio se preparó durante más de medio año en Barcelona, concretamente en el Castillo de Montjuic, donde se pasó los fines de semana lanzando flechas en llamas, lo que a menudo le provocaban quemaduras en el brazo izquierdo.
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